Luvina_111 / Puro azar

Del árabe zahr, flor que se pintaba en una de las caras del dado para indicar la buena o mala fortuna, el azar es sobresalto, llamado también azoro por el efecto que tiene sobre los pájaros la persecución del ave rapaz azor. Desde la Antigüedad se han visto señales, presagios y mensajes de los dioses en el vuelo de las aves que atraviesan los espacios celestes. La toma de conciencia de las relaciones entre los hombres y el universo; entre la deidad y el destino humano.

Sin embargo, las leyes del mundo físico que establecen relaciones constantes entre los hechos observados no pueden impedir la presencia de una fuerza irracional que altera la realidad: el azar, un prodigio cargado de misterio. «Todo lo que es visible está trabado a lo invisible, lo audible a lo inaudible, lo sensible a lo no sensible. Puede que lo pensable a lo impensable», decía Novalis. El azar se presenta ante nosotros como imposibilidad, su aparición desequilibra el rumbo de los acontecimientos, altera el futuro y, por ello, desde las culturas arcaicas se ha creído en la adivinación.

La literatura abreva en las grietas del devenir precisamente donde se altera su curso. Crea formas proporcionadas, bellas, a partir de lo impensable por inesperado, e introduce al lector a esos mundos inexistentes que, gracias a la potencialidad del lenguaje de ficción, logran tomar estructura y equilibrio en una configuración efectiva y concreta.

Luvina publica en este número un abanico de imposibilidades convertidas en cuentos, poemas y ensayos que, trabados a la excelencia y a la verdad primigenias, resuelven los desequilibrios y las oscilaciones entre lo real y su anverso.

Durante la edición de este número llegó la triste e inusitada noticia del fallecimiento del licenciado Raúl Padilla López, amigo e impulsor de Luvina. Desde estas páginas hacemos pública nuestra admiración y agradecimiento. Su recuerdo estará siempre entre nosotros.

Contenido

Concurso Literario Luvina Joven

Páramo

Comparte este texto: