Durante la comunión

Giovanna Pollarolo

(Tacna, 1952). Una de sus publicaciones más recientes es la novela Toda la culpa la tiene Mario (Planeta, 2016).

Yo pido spaghetti
él y ella risotto con langostinos
comemos con ganas y nos entusiasma
una botella de vino tinto
hablamos
del trabajo, de los viajes, del Perú, de Tacna
y de pronto
no sé cómo
del azar.
Si yo no hubiera ido a tu casa esa noche, empieza él.
Esa noche, agrega ella, yo no sé por qué estuve en tu casa hasta tan tarde.
Era tarde, pero yo creí, dice él, que ella vivía en tu casa. Pasaba por ahí y toqué el timbre, sin pensar
no estaríamos acá los tres. Ella y él no se habrían casado.
Si esa tarde yo no hubiera pasado por la calle Zela en el preciso momento en el que tú caminabas por la vereda izquierda, no nos habríamos encontrado, no viviríamos en esa casa donde él, años después, fue a buscarla una noche.
¿Es así la vida?
Me pregunto qué hubiera tenido que pasar para que no me dejaras.
Si yo, si yo... no sé qué
ahora estaríamos acá los cuatro
comiendo spaghetti y bebiendo vino
hablando del azar.
Pero no. Algo pasó y ya no estás.
Tal vez tú y ella esta misma noche
están hablando
de cómo pasó todo.
Yo fui sin ganas a esa fiesta, dirá ella, y cuando llegué te estabas yendo.
Si me hubiera demorado un minuto, medio minuto...
Y tú tal vez dirás
dirás que esa noche fuiste sólo porque ella (yo)
no, no dirás nada.
Nada tuvo que ver el azar
con lo que pasó entre nosotros:
si no hubiera sido ayer habría sido hoy o mañana
de día o de noche.
Comparte este texto: