Para D. H. Lawrence, la aventura es el objeto más alto de la literatura: «Partir, atravesar el horizonte, penetrar en otra vida». Aventurarse significa trazar una línea, varias, hasta elaborar una cartografía. Líneas que pueden llegar a ser de fuga, evadirse de la realidad, huir de ella, desterritorializarse para fundar otras tierras. En la aventura todo es partir, devenir, pasar; hay una relación con el afuera, con la frontera como algo que se necesita cruzar, dejar atrás. El devenir es geográfico.
Un viaje puede ser inmóvil, imaginario, una especie de delirio que nos cambia la vida.
La línea se quiebra y la fuga se convierte en retorno, la aventura es entonces albergue, recuerdo, literatura, como el relato de Odiseo de vuelta a Ítaca. No obstante, la aventura puede ser también demoníaca en el sentido de ambigüedad y por tanto pérdida de identidad. Los demonios se distinguen de los dioses porque éstos últimos tienen atributos, propiedades y funciones fijas, territorios y códigos, en cambio los demonios se saltan los intervalos, se fugan del tiempo, desobedecen el orden cósmico. Y surge un Edipo o un Caín.
La aventura puede llegar a romper el orden sin regreso y cambiar el rostro del mundo. Melville prefiere desobedecer la idea de la comunidad de pescadores de que toda ballena es buena para cazarla, y crea Moby Dick. El elemento demoníaco de la aventura, como lo llama Gilles Deleuze, es ese camino que no tiene retorno ni rostro conocido. Es riesgo, ruptura, hallazgo.
En este número, Luvina contiene textos de diversos géneros literarios, cuyos autores se han aventurado en la escritura en una búsqueda de palabras y lugares imaginarios que ahora existen gracias a sus creaciones.
De manera especial queremos agradecer el trabajo editorial que desempeñó durante dieciocho años, hasta la primavera de 2023, José Israel Carranza, y dar la bienvenida a Iván Soto Camba.
Contenido
- Urbano, malgré moi / Carola Aikin
- Poemas / José María Memet
- Animal / Roberto Ramírez Flores
- Cantos y ecos del árbol de la vida. Árboles sagrados: pájaros okupas rebeldes de árboles terrestres (Poema a vuelo de pájaro, pájaros) / Amaranta Caballero Prado
- Juana de Arco en la hoguera / Gonzalo Calcedo
- Poema / Julio Rivera
- Agujeros / Valeria Correa Fiz
- En el sendero español / José María Merino
- Sexo bajo el agua / Myriam Moscona
- A vuelta de rueda / Germán Robles Pérez
- Un viaje hacia el conocimiento por la oscuridad del cuerpo / Verónica Grossi
- El Continuum [fragmentos] / José Manuel Torres Funes
- La aventura / Clara Obligado
- Marruecos / Mohamed Ahmed Bennis
- Intercambio / Diana Thalia Jiménez Martínez
- Congreso en Austin sobre los límites de la inteligencia artificial / Naief Yehya
- Poema / Carmen Vega
- La letra e, Tito, David, las vocales, las casas y las bibliotecas perdidas[1] / Jacobo Sefamí
- Patos salvajes / Sergio Yalú
- No siempre hace falta un paraguas / Carmen Peire
- Todxs podemos enseñar a hablar a un monstruo / Luis Armenta Malpica
- O / Gustavo Íñiguez
- Ahora / Hernán Bravo Varela
- Ellos / Silvia Eugenia Castillero
- Fragmento del diario de a bordo del Carabelo, empleado en el Orangután / Rubén Gil Quiñónez
- Viene una ola / Daniel Villegas
- Poemas / Manuel Luna
- El cuerpo helado de Eusebio / Jorge Contreras
- Antonio / Claudia Berrueto
- Por tus palabras / Rosa Isabel Gaytán
- A Toni / Jorge Ríos
Concurso Literario Luvina Joven
Páramo
- ¿Por qué escribir? / Pablo Montoya
- La Islandia de Borges / María Negroni
- ¡Viva el tigre! / José Manuel Fajardo
- Carrera contra el tiempo / Godofredo Olivares
- Aventura, riesgo y metamorfosis del poema en prosa / Ernesto Lumbreras
- Semejanzas y diferencias entre las conquistas árabe y española / Oscar Alzaga
- Cinco nubes compartidas / Bruno Javier
- Crespón / Abril Medina
- Joan Baez y un auditorio / Alfredo Sánchez Gutiérrez
- La aventura en el cine: de la literatura a la desventura / Hugo Hernández Valdivia
- Desvíos y pensamientos periféricos / Pablo Sainz
- Mesa de novedades
- Avatares de un palacio de cristal / María Negroni