Premio Internacional de Traducción de Poesía del italiano al español

«M´illumino d´immenso.» Premio Internacional de Traducción de Poesía del italiano al español

Jorge Yglesias

M´illumino d´immenso es un concurso que fomenta la traducción y difusión tanto de la poesía italiana como de la poesía suizo-italiana en los países de habla hispana. Es organizado por los poetas Vianni Bianconi (Suiza) y Fabio Morábito (México), y por la traductora Barbara Bertoni, coordinadora del Laboratorio Trādūxit, gracias al apoyo del Instituto Italiano de Cultura de la Ciudad de México y de la Embajada de Suiza en México, con el patrocionio de la Biblioteche di Roma.

Un jurado compuesto por Jorge Aulicino (Argentina), Barbara Bertoni  y Fabio Morábito decidió otorgar el premio de la sexta edición a Jorge Yglesias, de La Habana, Cuba.

Yglesias ha sido traductor de Emily Dickinson, Adrienne Rich, Paul Claudel, Georg Trakl, Julian Schutting, H. C. Artmann y numerosos poetas contemporáneos franceses, austriacos e italianos. Fue ganador del Premio de la UNESCO a la Mejor Traducción de Pushkin en 1999, del Premio de Traducción Literaria de la República de Austria en 2000 y del Premio del  Colegio de Traductores de Arles en 2002. Es autor de los libros de poesía Campos de elogio, Sombras para Artaud y Pequeña Siberia, y profesor de Historia del Cine y Estética del Documental de la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños. Realiza un programa radial diario de música clásica para la emisora CMBF.

A continuación presentamos su trabajo.

’82. SCIREA

Los recuerdo avanzando inexorables,
desplegándose con fuerza hacia la victoria final:
Al inicio, salieron inseguros de la oscuridad 
de los vestuarios, después empezaron a ganar
cada vez más, siempre.
Recuerdo a Gentile, siempre dominó al adversario,
ganando todos los torneos, respirándole en la nuca,
todos sucumbían exhaustos,
aniquilados por su potencia.
Recuerdo a Tardelli, el proyectil y el grito,
y el llanto alto al cielo tenso y brillante,
a Zoff que cuidaba las espaldas con ojos de hierro,
recuerdo a todos, al que corría con la cabeza erguida,
mirando enemigos lejanos, más allá del caballo,
al de rápida ejecución,
la puntería fulminante con la que abatió al portero,
a los de ráfagas furiosas en la banda,
los tiros de Cabrini como bombas sobre el centro.
Pero él, que se adelantaba como si no tuviera adversario,
que combatía al tiempo y no al hombre,
que antes que ningún otro fulminó el segundo,
dejando fuera de tiempo el juego del adversario,
él, animado por su metrónomo interno,
con el latir de su corazón sustituyó al reloj,
anuló y regeneró el tiempo.
Y no era necesario ningún choque,
siempre era previsor anticipándose
siempre 
determinaba el pase en soledad,
en el corazón del partido y ajeno a su clamor
a la agitación de Gentile y Tardelli, a la rápida
carrera de Bruno Conti, a las flechas de Rossi.
Jugó el partido con anticipación, contra un adversario
invisible: lineal, apolíneo al correr,
silencioso. A él es a quien más recuerdo,
que en silencio dirigió el ejército y previó
cada movimiento del adversario y diseñó la victoria,
trazó una estela en la pleamar.

De La polvere e il fuoco, de Roberto Mussapi (Mondadori, Milano, 1998).

’82. Scirea

Li ricordo avanzare inesorabili, / distendersi con forza alla vittoria finale: / prima, dal buio degli spogliatoi uscivano / incerti, poi iniziarono a vincere, / sempre di più, sempre. / Ricordo Gentile, dominò sempre l’avversario, / vincendo ogni torneo, respirandogli sul collo, / ognuno cedette spossato, / annichilito dalla sua potenza. / Ricordo Tardelli, il proiettile e il grido, / e l’alto pianto al cielo teso e lucente, / Zoff che copriva le spalle con gli occhi ferrigni, / ricordo tutti, chi per la corsa a testa alta, / guardando i nemici lontani, oltre il cavallo, / chi per la rapidità d’esecuzione, / la mira fulminea con cui finì il portiere, / chi per le folate furibonde sulla fascia, / i lanci di Cabrini come bombe sul centro. / Ma lui, che anticipava come non avendo avversario, / che combatteva col tempo e non coll’uomo, / che prima di ogni altro fulminò il secondo, / rendendo fuori tempo la partita avversaria, / lui animato dal suo metronomo interno, / col battito del cuore sostituì l’orologio, / lui cancellò e rigenerò il tempo. / E non fu necessario alcuno scontro, / sempre agì di previsione anticipando, / sempre determinò il lancio in solitudine, / nel cuore della partita ed estraneo al suo strepito, / al tumulto di Gentile e Tardelli, alla rapida / corsa di Bruno Conti, alle frecce di Rossi. / Giocò la partita d’anticipo, contro un avversario / invisibile: lineare, apollineo nel correre, / silenzioso. Lui più di tutti ricordo, / che diresse in silenzio l’esercito e antevide / ogni mossa dell’avversario e disegnò la vittoria, // tracciò la scia nell’alta marea.

ES UN TORBELLINO QUE APLASTA (FRAGMENTO)

§ Es una ventosa
que se pega se adhiere en todas partes
une mundos nunca antes pensados
y cosas nuevas y extrañas se amigan

es un torbellino que aplasta
avanza y traga con sus garras
peces, ranas, renacuajos y libélulas
un suave estruendo de fondo

como una hélice que gira
o el ruido sordo de una montaña al desmoronarse


§ el pueblo se levanta.

Se vienen abajo
calientes
uno tras otro
como reunidos en torno al fuego
colinas y casas y troncos.

Queda una aldea
desecada,
barridos
todos sus insectos

extinguido el reino de los sueños
cada hipotética colmena

y el sol que corta
es una cuchilla
rasurando la piel


§ la muñeca de Jessica yace
tendida sobre el cuerpo del pez muerto
su lecho de escamas y esmalte
es un brillo que resalta en el pantano

y atrapa el sol
cruel que aún sale

su rostro vuelto hacia el hedor
de pescado y muerte, la mirada

de quien conoce el horror
sin voz ni corazón tal vez
	espera

que las pequeñas manos de Jessica
vuelvan a ser un día calor
	e infancia. 

De Verso la ruggine, de Prisca Agustoni (Interlinea, Novara, 2022).

È un turbine che stritola (frammento)

§ è una ventosa / che s’appiccica s’incolla ovunque / avvicina mondi mai pensati prima / e nuove e strane cose s’amiciziano // è un turbine che stritola / avanza e inghiotte nella morsa / pesci, rane, girini e libellule / un dolce frastuono in sottofondo // come di un’elica che gira / o il tonfo di una montagna quando frana // § s’alza il paese. // Vengono giù / caldi / uno dopo l’altro / come raccolti attorno al fuoco / colli e case e tronchi. // Resta un villaggio / disseccato, / scopati via / tutti i suoi insetti // estinto il reame dei sogni / ogni ipotetico alveare // e il sole che taglia / è una lama / radente la pelle // § la bambola di Jessica giace / distesa sul corpo del pesce morto // il suo letto di scaglie e smalto / è luccichio che si staglia sul pantano // e coglie il sole / crudele che ancora nasce // il viso rivolto verso il tanfo / di pesce e di morte, lo sguardo // di chi sa l’orrore / senza voce o senza cuore forse / aspetta // che le piccole mani di Jessica / ridiventino un giorno calore / e infanzia.

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