a Juan Manuel Roca
Tal vez algún día
guardaron mensajes importantes,
recados urgentes,
secretos.
Terminada su tarea
ni siquiera llegaron
a la ordinaria papelera
o al cesto,
ya no digamos a la celosa gaveta
de algún escritorio.
Se extraviaron,
desaparecieron,
alguien se deshizo de ellos.
El caos y nadie,
sus artífices,
los leen ahora.