abuela no sabe de las oficinas borrosas
de los numeritos que hay que manejar a diario
cuando era niña y escuchaba de su infancia 
   creía que para llegar ahí 
                    había que atravesar el océano 
   veía ballenas 
                       barcas que crecían por la noche 
de pronto todo se hizo pequeño 
                                  hay agujeros 
   noches donde algunas palabras quedaron cautivas 
   como si una luciérnaga en la mano de un niño 
   una vez vi un pajarillo que fue cubierto por un puente 
   y luego por un zoo desierto
                                  jaulas herrumbradas bajo una tarde lluviosa 
nada dura tanto en mí como los monos 
   de los que abuela habla tardes enteras 
   cuando en su mirada brilla la selva perdida 
   como si una luciérnaga en la noche 
   por fin libre
de eso 
   ya ni las palabras mágicas 
   con que la abuela cantaba para sí 
   mientras el calendario de quemas daba inicio
   con un sol voraz 
   y mi jardín se incendiaba 
no hay refugio
tienes que venir conmigo 
   tienes que ganar dinero 
   tienes que venir conmigo 
   tienes que ganar 
   tienes que venir conmigo 
   tienes que
escarbar en los recuerdos es accidental 
   abuela tropieza con sus venados todo el tiempo 
   los llama sillas
              los llama 
   ya estoy vieja 
son sus venados 
   sus cinco hermanitas y la sombra de su padre 
   ahora me agito mucho 
   ya no soy la de antes 
abuela levanta la cabeza 
   se seca el sudor de la frente 
   ya no camina tres leguas 
   en busca de pepitas de calabaza 
   ya no tiene que avanzar en la oscuridad de una cueva 
   yo no sé por qué estoy gorda si apenas como 
escombros sobre los cuales tender una oración 
   noches enteras 
                     por las sombras que regresan 
   que tropiezan con ella sin quererlo 
   que acaso la habitan y la inflaman 
   la han preñado de nuevo a sus ochenta años 
los escombros son accidentales 
   ya no puedo apoyar mi cabeza en sus rodillas 
   ya no puedo sentarme en el suelo junto a ella 
   siempre estoy de prisa y tropiezo también 
   con la selva que me ha impuesto 
   un salado malestar verde 
   como piedras que caen a un pozo
hablo para el hermano armadillo 
             y la zarigüeya 
   la gente que sale de la selva 
   no regresa nunca 
   hablo para el hermano armadillo y la zarigüeya 
   el que sale de la selva no regresa nunca 
   cables casas ventanas rejillas 
   no existen nombres para todo esto
   yo sólo platico con el señor armadillo 
   escuchó 
              por primera vez escuchó 
        esa otra lengua 
       ¿a qué    país hemos llegado    ?