(Ciudad de México, 1954). Entre sus obras se encuentra Ser y seguir siendo (Textofilia Ediciones, 2013).
Mi perro come el pan
que arrojan a los pájaros.
Le he enseñado a vivir como yo,
pero también se sabe como el resto
y se abalanza sobre las migajas.
Lo retiro, seguimos avanzando
y al cabo de un momento él ya las ha olvidado.
Pienso que en todas las migajas
pudiera haber el ruego
de que las aves que coinciden aquí
no se nos vayan.
Pero el perro no piensa nada de eso,
simplemente espera
lo que el día le ofrece paso a paso.
Se mueve entre costumbres y certezas
sin ahondar en ellas,
sin saber que son frágiles
como los pájaros
que un día ya no vuelven.
¡Vayamos a la ola a revivir…!
Paul Valéry
Cuando se acerca a olerme
a la hora en que me duermo
con los ojos cerrados le toco la cabeza
y también yo desciendo
a ese lugar donde está en duermevela,
apegado a su hambre, sed y sueño,
respirando y perdido en el mar de su cuerpo.
Yo también soy un mar pero lo olvido
hasta el momento en el que me despego
y me dejo mecer por mi oleaje
que viene y va por playas de mi infancia
donde hubo otro perro
con el que jugaba y era yo toda cuerpo.
El lugar de partida
Es un solo camino
del que ahora me despido
como un árbol
que aún extiende sus ramas.
La casa aunque es otra,
en el fondo es la misma.
No veo ya sus puertas y ventanas
pero siguen ahí como raíz
que rompió una semilla.
Quizá no quede más
que una visión de ramas
sobre el piso
que van del mediodía
hacia la noche.