Poemas / Kimberly Kruge

El camino

 

Cuando recuerdo la ventana en la cúspide

del día, veo el cuadro que colgaba

en la pared adyacente —no a la vista—

y de repente, en el mismo encuadre,

un perro que casi se ahoga en una marea alta

a cientos de kilómetros de aquí,

y los huesos pálidos y relumbrantes

de los árboles que se alargan,

uno hacia el otro, a través de la noche

que progresa como un acto

antes del acto de recordar.

 

Lo que nos lleve por todo

consume el camino.

 

Para la calle San Felipe

 

Había un lobo en la cara de la luna y la corona del expiatorio y dos jóvenes en la corona tañendo

[la campana

que nos recordaba que somos seres separados y que no somos seres separados,

que nunca habíamos sido ninguno.

 

Un avión más pequeño que la pupila de un ojo

se movía lleno de cuerpos minúsculos

que quisieron ir a otros lados.

 

Yo estaba en el patio viéndolo todo,

y tú adentro,

en el único punto desapercibido

por la oscuridad cálida

que iba llegando.

Versiones del inglés de la autora

 

The Vessel

When I recall the window in the height / of the day, I see a painting that hung / on an adjacent wall, not in view, / and then, in the same frame, / the dog that nearly drowns himself
/ in a high-tide hundreds of miles away, / and the white bones of tres / reaching out to each other
/ across the night of a time gone before me, / a night that progressed like an act before / the act of recording. // Whatever vessel takes us through it all / consumes the road.

 

Para la calle San Felipe

There was a wolf in the face of the moon and the crown of the expiatorio and two boys in the crown / tolling the bell
that reminded us we were separate beings and that we were not separate beings,
/ that we had never been either. // An airplane smaller than the pupil of the eye / moved full of minuscule bodies
/ wanting elsewhere.
// I was on the wash patio just seeing it all / and you stood inside unwatched
/ in the only spot not generalized
/ by the warm dark arriving.

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