Poemas impugnados [fragmento] / Claudia Schvartz

Janas en el paladar, janas en la lengua
Alguien pena por lo que falta
Afortundamente, tengo entre manos un hilo
cordel que no suelto y
al que me aferro salvajemente

 

Recuerdo nítidamente el pequeño cuadro
en la penumbra del Museo Fernández Blanco
al que mamá insistía en llevarnos
el sábado, por ejemplo
Un pequeño cuadro en la penumbra,
creciendo a la altura de mis ojos
bordado sobre satén blanco
Ñun brillo que tal vez confundiera con
el de las banderas católicas
Yo observaba con fascinación y temor
Cabellos eran los hilos de esa enredada miniatura
Cabello de niña o dama, de enamorada
Estremecedora labor de la aguja apasionada
en inconcebible adoración
Ser oscuramente en el amado,
la pregunta se forjaba en mi niñez
oblicua y testaruda
penetrando, uniendo y rasgando
la minúscula desmesura de la imagen

 

Soy una escritora sin tiempo
ni posibilidades de pulir su texto
Siempre algo se antepone
Corta y hace sangrar la lengua
la aguja del bordado
las janas de una cosecha imaginaria
para un arrope todavía más imaginario
Preferir la manzana caída a la que el árbol ofrece
hermosa, perfumada, pesando en su rama
…y de todos modos elegir lo carcomido, lo roto
lo que fue golpeado incluso por su propio peso

 

Soy una escritora que fracasa en un sentido
Siempre el mismo
y lentamente estoy aprendiendo lo que debería ya saber
Tiro del hilo… Me bajé del carro
Otros van con prodigiosas herraduras
sin errar el camino
Mi destino, en cambio, es errático
como el de la hoja en el viento
Bordo con el cordel de pelo mi cuerpo disfraz
y el pesar gravita
inevitablemente

 

Mi herramienta es tan sólida que soporta mis sollozos
Me apoyo en ella con todo mi peso
el silencio me recobra
Victorias amargas, lo falso
Y demasiado costoso si no fuera que
mi herramienta es pulcra, nítida
Sólo cada tanto un yerro y brota sangre
Pronto mis dedos estarán mostrando
la vida de mi herramienta

 

Hay y no hay tiempo
Tiempo hacia el mundo o pequeños tiempos
hacia la descendencia
un futuro que debe
por fuerza tiene que ser distinto
Tantos han sido los fracasos
Algo, alguien tiene que salir limpio
Tu maravilloso pelo, tan brillante, largo y sedoso,
que mereció las caricias de miradas y manos
tiene que poder ser oro, oro para la bordadora
Oro rojo, oro blanco.

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