Poemas / Susan Elsmlie

La poesía

Sólo el bordado y el cáncer son más lentos,
y a veces ni siquiera eso.

El castigo
y la recompensa

en una sola mezcla.
No podemos pagarle a alguien

para hacerlo bien.
El ballet ruso y el break dance,

el vals y el baile de contacto,
el champaña y la ginebra de bañera.

El látigo
y el bálsamo.

 

Material

Prefiero lo absurdo de escribir poemas /
a lo absurdo de no escribir poemas.
Wislawa Szymborska, «Posibilidades»

 

«Al menos de ahí sacaste un poema»,
como diríamos, con la ironía que nos falta, como si
sacar de ahí un poema pudiera absolverte
de haberte tirado a un hombre casado,
haber fallado tu examen profesional o perdido
el dinero del alquiler en las máquinas tragamonedas.

Ahora, años después, agobiado,
¿no te parece acaso extraño
sentir consuelo de haber sacado de ahí un poema,
sea lo que sea? El dividendo de la congoja.
Uno de los beneficios del dolor. Dotado
de material interminable de donde abastecerte,
estás apenas a un rondel de la redención.

 

Tiroteo en la escuela (1)
Dawson College, 13 de septiembre de 2006

para mi hija

Cuando los disparos blanquearon los pasillos y una pequeña multitud
de estudiantes y otros profesores se agacharon, en cuclillas dentro de mi oficina,
algunos escondidos debajo del escritorio, otros recibiendo llamadas o mensajes de texto
hasta que yo ordenara Apaguen sus teléfonos, que pueden delatarnos,
hubo un momento, entre el primer disparo que desgarró el silencio
y la entrada del equipo swat que nos liberó después de trazar una x en mi puerta con gis,
crucé miradas con la chica de ojos negros más cercana a mí, y
te contemplé Ðsupe que sin importar lo que me pasara,
yo estaría bien, y tu padre, destrozado, te criaría y yo viviría
en la memoria, esfumándome con los años, y que yo estaría bien. Sentí
por un lado algo que se parecía a la fe y,
por el otro, algo imperdonable: que podía irme
tan cierta como un árbol derribado por un rayo.
No como el que parte el mar, sino como el que parte para irse,
hija de un Dios que parece habernos abandonado perfectamente,
y jamás se equivoca.

*

Puedo decirles que hay un silencio estático
entre las detonaciones de una pistola; las balas

perforan el estuco; estábamos demasiado asustados para mover
el archivero y bloquear con él la puerta;

cuando el agente swat de mandíbula suave
me ordenó mantenerla abierta para que pudieran salir mis estudiantes

y luego se dio la vuelta para cubrirme las espaldas, sentí
su meollo ardiente y tembloroso a través del chaleco Kevlar.

 

Después de recibir el diagnóstico, fui a la alberca
a sumergirme en la fría realidad

 
Dime que la alegría persiste. Necesito esto para aguantar
mientras descifro las sombras que se van alargando:
terapias, escuelas especializadas, la esperanza cada vez más tenue
de que él aprenda a hablar, andar en bicicleta, sobreponerse contra
                                   [ todo pronóstico.
 
Tú habías regresado a casa y estabas descansando con nuestro hijo.
Y justo cuando yo debía estar empacando mis cosas,
divisé un papalote chino, un dragón,
rojo, que bajaba en picado a merced del viento y tan alto
 
que pensé que se había soltado, y lo habían perdido.
Ç¡Mira, el papalote de alguien se fugó!È, exclamó un niño
apuntando hacia el cielo. Ahí el papalote bailaba, zarandeado por el viento.
demasiado alto para que lo creyéramos sostenido por mano alguna.
 
Sin embargo, se me subió la moral, y lo observé durante mucho tiempo,
hasta sentir la naturaleza de la rima.

 

Mi hija que llora hasta quedarse dormida

Mi hija lloró hasta quedarse dormida
y me ha dado la espalda. Incluso

las plantas de sus pies se escabullen de mi tacto.
Antes de que ella diera sus primeros pasos, eran más suaves

que mis muñecas. Ahora me imagino la nata
de un budín que soltó el hervor

y uno deja a que se cueza a fuego lento. Tiene su temperamento
y la estoy destetando. Mi leche no alcanza

desde que volví al trabajo. Con sollozos
regulares como los puntos al revés en un tejido, su ira se va

desvaneciendo a trompicones. Ella se apartó, lejos de mí,
hecha un ovillo cuerpo adentro, irascible y distante.

Así empujado, en mar abierto,
mi pequeño balandro navegará alrededor del mundo.

 

 

Pasto

¡Oh, veo tantos idiomas después de todo!
Walt Whitman, «Un niño dijo: ¿Qué es el pasto?»

«Pasto», dije, dejándome caer al suelo en el parque.
«Pasto», dice Magnus
en cuclillas, acariciándola con sus palmas.
Él tenía dos años de edad.
Desde entonces, cuatro estaciones de pasto, recién cortado,
dorado y salpicado de hojas muertas, han pasado.
Pasto es una palabra pronunciada una vez, una palabra entre
las muchas palabras pronunciadas una vez, después de haber sido cortadas,
y se dispersaron a los cuatro vientos. Sin embargo, la sostuvimos en nuestras manos una vez:
húmeda y verde y ordinaria.

 

Versiones del inglés de Françoise Roy.

 

 

 

 

Poetry
Only embroidery and cancer are slower, / sometimes not even. // The blending / of punishment // and reward. / Can’t pay someone // to do it well. / Russian ballet and break dance, // waltz and lap dance, / champagne and bathtub gin. // Lashing / and balm.

Material

I prefer the absurdity of writing poems / to the absurdity of not writing poems.
wislawa szymborska, «Possibilities» (trad. de StanisÅ‚aw BaraÅ„czak & Clare Cavanagh)

«At least you got a poem out of it, » / we’d say, thin on irony, as though / getting a poem out of it absolved you / of schtupping a married man, / failing your comps, losing / your rent at the slots. // Now, years on, careworn, / doesn’t it seem quaint / to be consoled by getting a poem out of it, / whatever it is? Dividend of grief. / One of the perks of pain. Gifted / with an endless supply of material, / redemption only a roundel away.

 

School Shooting
Dawson College, September 13, 2006
for my daughter

When shots blanched the corridors and a small throng / of students and another teacher crouched on my office floor, / some under desks, some receiving calls or text-messages / until I commanded, Turn off phones in case they give us away, / there was an instant, between the first shot that ruptured the silence / and our release by the swat team that chalked an x on my door, / that I met the dark eyes of the girl nearest me and beheld / you—and knew whatever happened to me it’d be / all right, your dad, harrowed, would raise you, I’d live / in memory, fading with time, all right. I felt / from one side what looked like faith and, / from the other, unforgivable: I could go / true as a tree felled by lightning. / Not as one who parts seas but as one who splits, / child of a God who seems to have abandoned us perfectly, / and can do no wrong.

*

I can tell you there is a static silence / between reports of a gun; bullets // pierce drywall; we were too afraid to move / a filing cabinet to block the door; // when the smooth-jawed swat officer / ordered me to hold it open for my students // then swung around to cover my back I felt / his core hot and trembling through Kevlar.

After the Diagnosis I Went to the Pool to Ease into Cold Fact
Tell me joy persists. I need that to hold / as I parse the lengthening shadows: / therapies, special schools, the thinning hope / that he may speak, ride a bike, beat the odds. // You were back at home, resting with our son. / And just when I should have been packing up, / I caught sight of a Chinese kite, a dragon, / red, swooping in the wind and so high up // I thought it must have broken free, lost. / «Look, someone’s kite escaped!» a boy exclaimed, / pointing skyward. There the kite danced, wind-tossed, / too high to think it held by any hand. // Yet, buoyed, I watched it for a good long time, / until I felt the nature of the rhyme.

My Daughter, Crying Herself to Sleep
Crying herself to sleep, my daughter / has turned her back on me. Even // the soles of her feet shrink from my touch. / Before her first steps they were softer // than my wrists. Now I think of the skin / on a pudding brought to the boil // and left to simmer. She has a temper, / she’s being weaned. Not enough milk // since I went back to work. Sobs / regular as purl stitches, her rage winds down // in lurches. She’s turned away from me, / curled into herself, tetchy and aloof. // Pushed off, in open water. / My little cutter’s going to sail the world.

Grass
O I perceive after all so many uttering tongues!
Walt Whitman, ÇA child said, What is the grass?È

«Grass,» I said, plopping down in the park. / «Grass,» Magnus said, / squatting to pat it with his palms. / He was two. / Since then, four seasons of grass, fresh cut, /  browning and strewn with leaves, have passed. / Grass was a one-time word, one of many / one-time words that grew and were mown, / scattered to the wind. Yet we held it once— / damp and green and ordinary.

1.  En 2006, ocurrió un tiroteo-suicido que cobró dos vidas en el Colegio Dawson de Montreal. El poema se refiere a la vivencia del hecho por la autora.

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