(Madrid, 1975). Autora de varios títulos, entre ellos Recetas de lo salvaje pequeño (Thule Ediciones, 2020).
En la escuela el bullicio era silencioso y las algas de las paredes se desplazaban cada vez que los niños movían sus aletas para hablar.
El maestro no supo qué decir cuando los niños le preguntaron por los cuentos sumergidos, aquellos que hablaban de esos animales extraños que se llamaban pájaros.
Los pájaros, pensó, cómo explicar esas criaturas, explicaría decir que fueron los únicos que no se adaptaron, explicaría decir que su corazón latía más rápido que los de los demás animales, que vivían deprisa y volaban veloces. Y que tenían una temperatura más alta en su cuerpo.
¿Son apropiados los adjetivos volátil, ligero, leve, inflamable, nutritivo para definir el aire en el que vivían? ¿Son acertadas las palabras muerte, extinción, tristeza para expresar el vacío por no volver a ver a la persona que más quieres?
—Los estados de la materia… —dijo el maestro.
Y cientos de burbujas se alzaron de su boca para explicar el origen del mundo