las casas en espinho con ruy belo / Rosa Oliveira

—qué nombre
existe para esto que ni siquiera es alegría
Ruy Belo, Boca Bilingue

con este aspecto espléndido él dice que camino por la calle principal
las casas resplandecen donde menos se espera
en el cruce una de ellas se asoma a ver y dice aquí estoy sentada
se abren armarios hay estolas de zorro color palo de rosa
atentas, vigilando desde hace décadas
vestidos negro azabache brillante
listos para ser llevados
a alguna ciudad pequeña y gélida
balcones triangulares apuntan hacia el centro del invierno
al final de la ciudad un descampado espera a los perros de la tarde
perdido en casuchas de papel pintado
el olor a brócoli en las escaleras
ejemplo de la puesta de sol posado aquí eternamente

tú envuelto en el amarillo cansado del fin del verano

como esas vidas suspendidas y condenadas
disponibles en su clausura de casas de otro tiempo
inmanencia y rigor de la poesía

releo a ruy belo
insoportable como la música
la cara de mi hijo está en la página siguiente
trucos que el pensamiento débil nos enseña y que ruy belo no
                                                                                           [permite
es insoportable leer a rodoreda con sus flores esparcidas
es insoportable la literatura
único bien en este atardecer de todos los demás

volver la página asusta como el salto en el corazón
al manejar un leve mareo
presagio del accidente que nunca llega
parábola del ataque cardiaco
algo en la memoria anticipada de nuestro cuerpo
produce un polvo inútil

de aquella casa provenía la niebla eterna
las pescaderas gritaban « ¡sardinas de espinho!»
oía el rumor de las aldeas que concurrían a la feria y yo con ellas

el atardecer es platón que regresa
dicen que era feo
y que aristóteles era un presumido
el atardecer inclemente del Peloponeso
no es el atardecer melancólico
escandinavo de espinho
es un poema largo con prefacio complicado
vuelto hacia adentro
como tú al revés
el libro está abierto como la mano de un hombre

quería ser la forma distendida del poema
deambulación sin mapa
los ojos secos por la tierra de la lectura
respiro hondo
sé que el único lugar es éste

en el tejido agreste de tus palabras
leo a ruy belo
hay otros hombres detrás de él
cayendo uno por uno en las páginas opacas
poemas largos como el sufrimiento
líneas continuas de anestesia
postfacios de libros en blanco
envueltos en la espuma sólida del mar de espinho

mediodía en la arena fina y brillante
el cuarzo microscópico refleja el sol a plomo
ese mineral generoso de nombre incierto

en la avenida 8 me espera otro poeta que pide gins
y se duerme en todas las barras
murmura historias de cuando enloqueció
y salió desnudo debajo de un abrigo
con un frasco de sal de uvas en el bolsillo interior
tenía miedo de la contrarrevolución
gesticulaba en la calle pertrechado dentro del abrigo
y repetía a quien pasara:
«¡hoy es una noche buena para vivir!»
una tarde me esperó sobrio en la terraza
alabó a un joven novelista que leí con cierto tedio
la literatura está llena de gente con prosapia
gente acéfala que recibe premios
y cuando no los recibe
se descalza y gime con los ojos cerrados como los fadistas
los fadistas de la literatura son aún más intolerables
que los fadistas con guitarra

nada de esto sobrevive en espinho
ciudad como beirut con las vísceras a cielo abierto

camino de madrid
imprimes mentalmente tu capítulo de la historia literaria
unívoca
en línea recta como el puñetazo metafísico
del otro que siempre está dispuesto para el golpe

hay algunos que discurren sobre una realidad que no vuelve nunca
no puede volver por la imposibilidad teórica de la alegría

la luz dorada de las hojas tiembla
el viento constante insiste
sobre la luz derramada en espinho
podría quedarme aquí hasta empezar la canción de septiembre
ver pasar a la señora de ayuda
sobre alfombras idiomáticas de flores y conchas

no puedo leer porque las palabras huelen a ti
me callo y enmudezco
para siempre no es una palabra aceptable
necesito cigarros
no sé fumar
escribo en el verano como ruy belo
veo la puesta de sol sobre la barba profética
en busca de una epifanía que salve a alguien
que tenga algún efecto más acá de la muerte

sentada en mis días en mis sueños
asisto a la vida ínfima de las cosas y de nosotros en las cosas
objetos útiles que nos hacen tropezar
acuerdos, mediaciones
ojos mirando otros ojos con el mal
estoy en el fondo de las escaleras de la casa de la calle 18
escribiendo primero y pensando después
las calles antiguas no cambiaban su aspecto cada año
mientras pestañeas transcurre la guerra de troya

I am the distance you put between
all of the moments that we will be
you know who I am
you’ve stared at the sun
I am the one who loves
changing from nothing to one

en 1978 oía a cohen leía a ruy belo y me conmovía
no sabía bien para qué
en 1978 nadie se conmovía sin razón
sería tal vez conmoción racional venida del futuro
un toque de melancolía de montaigne
espinho, portugal devorando elegías
ecos distantes
casi radiofónicos
de opiniones sobrepuestas

los fenicios tal vez pasaron por aquí
dejando huellas en la arena
¿dónde están los fenicios hoy ?
¿dónde estaremos mañana
después de haber gastado las energías que nos fueron dadas?
¿dónde estamos nosotros en la memoria de los fenicios ?

el sol acabó de sumergirse
a lo lejos ya veo las casas convalecientes de la granja
me levanto y camino por las murallas
¿qué persona voy a ser ahora ?

fallaste corazón
no vuelvas a apostar

Versión del portugués de Blanca Luz Pulido
__________
as casas em espinho com ruy belo

—que nome
existe para isto que nem mesmo é alegria
Ruy Belo, Boca Bilingue

com este aspecto esplêndido diz ele que vou pela rua principal / as casas resplandecem onde menos se espera / na encruzilhada uma delas espreita e diz aqui estou eu sentada / abrem-se armários há estolas de raposa cor de rosa velho / atentas, vigiando há décadas / vestidos negro azeviche brilhante / prontos a serem transportados / para alguma cidade desfiada e gélida / varandas triangulares apontam para o centro do inverno / na cauda da cidade um descampado aguarda os cães da tarde / perdido em casebres de papel pintado / o cheiro a brócolos nas escadas / exemplo do pôr-do-sol aqui pousado eternamente // tu envolto no amarelo cansado de fim do verão // como são estas vidas suspensas e convictas / disponíveis na sua clausura de casas de outro tempo / imanência e rigor da poesia // releio ruy belo / insuportável como a música / a cara do meu filho está na página seguinte / truques que o pensamento débil nos ensina e que ruy belo não permite / é insuportável ler rodoreda com as suas flores espalhadas / é insuportável a literatura / único bem neste pôr-do-sol de todos os outros // virar a página assusta como a guinada no coração / ao conduzir uma leve tontura / presságio do acidente que nunca chega / parábola do ataque cardíaco / alguma coisa na memória antecipada do nosso corpo / produz um pó inútil // daquela casa via o nevoeiro eterno / as varinas gritavam «vivinha d’espinho!» / sentia o rumor das aldeias que acorriam à feira e eu com elas // o pôr-do-sol é platão que regressa / dizem que era feio / e que aristóteles era um janota / o pôr-do-sol inclemente do Peloponeso / não é o pôr-do-sol melancólico / escandinavo de espinho / é um poema longo com prefácio intrincado / virado para dentro / como tu do avesso / o livro está pousado como a mão de um homem // queria ser a forma distendida do poema / deambulação sem mapa / os olhos secos com a poeira da leitura / respiro fundo / sei que o único lugar é este // no tecido agreste das tuas palavras / leio ruy belo / há outros homens por trás dele / caindo um a um nas páginas opacas / poemas longos como o sofrimento / linhas contínuas de anestesia / posfácios de livros em branco / enrolados na espuma sólida do mar de espinho // meio dia na areia fina e brilhante / o quartzo microscópico reflecte o sol a pique / esse mineral generoso de nome incerto // na avenida 8 espera-me outro poeta que pede gins / e adormece em todos os balcões / murmura relatos de quando enlouqueceu / e saiu nu debaixo de um casacão de inverno / com um frasco de eno no bolso interior / tinha medo da contra-revolução / esbracejava na rua dentro do casaco armadilhado / e repetia a quem passava: / «hoje é a noite certa para a vida!» / uma tarde esperou-me sóbrio na esplanada / exaltou um novel romancista que li com certa forma de nojo / a literatura está cheia de gente com prosápia / gente acéfala que recebe prémios / e quando não recebe / descalça-se e geme de olhos fechados como os fadistas / os fadistas da literatura ainda são mais intoleráveis / do que os fadistas de viela // nada disto persiste em espinho / cidade como beirute com as vísceras a céu aberto // a caminho de madrid / imprimes mentalmente o teu capítulo da história literária / unívoca / em linha recta como a porrada metafísica / do outro sempre a candidatar-se ao soco // há quem disserte sobre um real que não regressa nunca / não pode regressar por impossibilidade teórica da alegria // a luz dourada das folhas treme / o vento constante insiste / sobre a luz derramada em espinho / poderia ficar aqui até começar a canção de setembro / ver passar a senhora da ajuda / sobre tapetes idiomáticos de flores e conchas // não posso ler porque as palavras cheiram a ti / calo-me e emudeço / para sempre não é palavra aceitável / preciso de cigarros / não sei fumar / escrevo no verão como ruy belo / vejo o declinar do sol sobre a barba profética / na busca de uma epifania que salve alguém / que faça qualquer coisa para cá da morte // sentada nos meus dias nos meus sonhos / assisto à vida ínfima das coisas e de nós nas coisas / objectos úteis que nos fazem tropeçar / acordos, mediações / olhos nos olhos com o mal / estou no fundo das escadas da casa da rua 18 / a escrever primeiro e pensar depois / as ruas antigas não mudavam de cara de ano para ano / enquanto pestanejas dura a guerra de tróia // I am the distance you put between / all of the moments that we will be / you know who I am / you’ve stared at the sun / I am the one who loves / changing from nothing to one // em 78 ouvia cohen lia ruy belo e comovia-me / não sabia bem para quê / em 78 ninguém se comovia sem razão / seria comoção racional vinda do futuro / um toque de melancolia de montaigne / espinho, portugal a devorar elegias / ecos distantes / quase radiofónicos / de opiniões sobrepostas // os fenícios talvez tenham passado por aqui / deixando pegadas na areia / onde estão os fenícios hoje? / onde estaremos amanhã / depois de gastarmos as energias que nos eram destinadas? / onde estamos nós na memória dos fenícios? // o sol acabou de mergulhar / ao longe já não vejo as casas convalescentes da granja / levanto-me e caminho no paredão / que pessoa vou ser agora? // fallaste corazón / no vuelvas a apostar

Comparte este texto: