no me espantan
las alas negras del cóndor
sino la chamarra vacía
tu muerte
es un relámpago
en la muela de los días
hay tantos llorando
al poeta
al mártir
al campeón de las cantinas
yo
infraperro
lloro al amigo
no me resistiré
voy a llorar cada que vea
la tierra impactada
un cráter lo bastante grande
este llanto
por insuficiente
acaba por doler dos veces
este llanto
merecería unos paramédicos asustados
un coro de jabalíes chillando furiosos
este llanto
tendría que estallar como un coche bomba
a las puertas del cielo
dónde acabaré
de llorar lo reído lo conversado
adónde tiene su tumba el viento
quisiera llorar
como quien no ha llorado jamás
pero bien sabés que no puedo
voy a llorar como quien ha llorado siempre
y ahora descubre un llanto nuevo
hermano mi hermanito
trato de decirte
que hay un momento de la tarde
hay siempre un momento de la tarde
como el viudo miro todo con otros ojos
y hay
en cada alegría
una tristeza