Fábula y alabanza, imaginario feliz: Vermeer, Brueghel

Antonio Gamoneda

(Oviedo, 1931). Su libro más reciente es La pobreza (Galaxia Gutenberg, 2020), segunda entrega de sus memorias.

Ocultos en el rocío, frutos prendidos del pasado exceden
                                             su linfa natural. Ved las ciruelas,
pétalos un día, leves

pistilos damascenos.
                                    Y las manzanas lentamente amarillas,

libres de sombra sus cristales íntimos, contiguas del lienzo
                                                  blanco y de la fuente cóncava.

Y ahora ved más acá; ved la ternura doradamente ofrecida    
                               del pan dormido en su lecho de mimbres.
Pero acercaos aún, descubrid,

en el lintel claro de la porcelana antigua, el vino reservado,
                                                                  la inminente dulzura
en sus gloriosas azumbres.
Ah epifanía  sustancial  alzándose, turno  en  la tempestad,
                                            ávida púrpura, felicidad, felicidad:
reír, cantar, desconocer;

vivir atravesados por la música.                            
                                                      Traed el vino,
amigos míos.

Reunid vuestros rostros en la   luz; permitid que la ebriedad
                            os posea: su locura es vuestra certidumbre.

Yo cederé un instante a mi vejez, pero beberé con vosotros
                                                   antes de que vengan sombras.
Quizá me adormezca.

Pasarán  las  horas y  cesará  la  noche. Ceñido  aún  por  la
               suavidad de los sueños, abriré un instante mis ojos.

Será una sola vez.

Para veros en torno a mí altos, alegres, girando y
cantando,
                                                                        acompañándome
en mi último amanecer.
Comparte este texto: