Carta desde Italia

Carlo Bordini

Carlo Bordini (Roma, 1938). Una de sus últimas publicaciones es La difesa berlinese. Due romanzi, un manuale di autodistruzione e diversi inediti (Luca Sossella Editore, 2018).


Querida Silvia Eugenia,


Quería mandarte textos viejos, pero al último momento cambié de idea, a la luz de lo que está pasando en Estados Unidos y en el mundo.

Estoy muy impresionado por las manifestaciones que se están haciendo por George Floyd. Es algo que me ha conmocionado de repente, pero los grandes cambios de la historia, que se gestan en silencio, a menudo explotan de modo imprevisible. Lo que más me ha impresionado es el carácter internacional de estos movimientos. Se desarrollan en lugares que no tienen ninguna relación directa con el racismo estadounidense: Londres, Berlín, Turín, Sofía, Roma, Varsovia, Seúl… Es como si Floyd fuera un punto de unión por el deseo de un mundo nuevo. Y en el pasado, ¿cuándo se manifestaron movimientos internacionales, mundiales, de este tipo? En el 68, cuando Vietnam se volvió un punto de unión para la lucha por un nuevo mundo. ¿Estamos en vísperas de un fenómeno semejante?

Agrego que es de máxima importancia, inimaginable hasta hace pocos días, el proyecto de desarmar a la policía de Minéapolis, responsable de la muerte de George Floyd, y de crear un nuevo sistema de seguridad en un país donde la brutalidad de la policía parecía hasta ahora inatacable. Significa que el movimiento tiene un poder y una carga enormes.

Además, las palabras que unifican los movimientos: «No puedo respirar» , no son para nada casuales. Es verdad, son las últimas palabras de George Floyd, pero asumen asimismo un significado simbólico. Si en el 68 las consignas eran «Queremos todo» o «La imaginación al poder» , hoy son, entre otras, «No puedo respirar». Es un mundo aplastado por la globalización y por la miseria, que no puede respirar y se rebela.

Los grandes movimientos son siempre distintos entre ellos, y es inútil vestir uno con la ropa del otro. Por lo que se refiere a nosotros, en efecto, no sé cuál será nuestro futuro; pero seguramente lo que está sucediendo en estos días está haciendo nacer un futuro nuevo

Traducción del italiano de Martha Canfield.

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