Las ventanas cerradas
son el perfecto medio
de aglutinar los aromas
de las vivencias pasadas
Una forma citadina de atesorar
los recuerdos
tan volátiles
como las hojas de otoño de la infancia
Impregnarse de olores
succión de colibrí
resguardar
aprehender la imagen de la piel
acariciada
lengua y poros
enredar los sueños de vigilia
amamantarse en la pesadez del ambiente
perfumar la esquina de las cejas
atragantarse en las pestañas
de los amigos torturados
leve temblor de la propia muerte
Las ventanas cerradas
también pueden llegar a ser
un vidriado telescopio
de los puntos negros móviles
Sombrero sin dueño
dueños con calvicie
caspa en las orejas sordas
bombardeos surcando ideas
los vestidos caen en tiras de las pieles
el hambre de perros apareándose
las murallas atravesadas por humanos
cuchara abandonada en el plato húmedo
un escarbadientes ahondado en la tiniebla
la bolsa de valores deformando familias
destellante perfil de un caballo a través del suicidio
un morirse lento sin tasación
Algún vidriero loco
está haciendo ventanas
con caminos