Los perros de la calle
saben del hambre,
de las patadas en el cuerpo,
conocen el frío violento
que golpea los costados,
se refugian bajo puentes,
hacen pocos amigos
pero leales,
buscan entre basureros
lo dulce de la vida;
sin embargo
no quieren casa,
comida, agua.
Quieren hembra que aparear
vibrando
con todos sus huesos flacos.