Algunas notas por borrar:
un avión cruza flaco el esternón de las nubes
todos sus viajantes corazón de topo
mirada de topo
al interior de chic madrigueras
dime viejo Spinoza
dame una nota célebre para incendiar este lobby
felices los felices dijo el ciego porteño
te recordaba tallando tus cristales de infinito
aquí brotas como risa intensa y una sed de no individuo
dime, Spinoza, ¿sienten los caballos el deseo del trote?
el potro es nota franca
requerida
para la espuela de plata que agita en el cerebro
que brilla en el cerebro
como el aguarrás en la fosa
hoy contempla es el ocaso es el verano
el avión desciende es una pira reflejante del deseo
todos los apuntes
bajan hoy el adoquín de una alegría
se borran
y desmontan la caligrafía de los cuerpos cosas
velocidades moléculas
beatitud es una araña que apresó la realidad en su tela
un infinito conectado
entre las vísceras con electrodos
los motores del cuerpo son los motores de la Necesidad
góndolas del deseo o bien de
nuestra atmósfera tejida:
hay
una tribu tupí comiéndose el instante
hay
un mono araña
saltando de tu corazón
en este instante
hay un ojo que colma el líquido espacio
de tus cristales
miro tu ojo mirar mi corazón en este cuatro cilindros
corre la autopista el lago el tiempo sólo son
fragmentos de un oleaje
no vendrán
los surfistas ellos van de frente al bar de la resaca
este día es una nota una simple nota
leída por un seco inmigrante
en los bares de La Haya
tú pensarás con la viola de gamba un fondo de morfina
el cuatro cilindros es una niebla del trote
vinil y hierro
japoneses
llevando una sonrisa en tempo butoh
dime, Spinoza, ¿sientes el instante que ya roe?
es un potro de tortura que al correr es puro viento
es un lago total con muecas en su oleaje
es un ojo
infectado con bacterias
hasta ser sólo mirada y mira, galletitas de la suerte,
comamos una de ellas:
«dichoso el que ha dejado a su individuo
en la taxonomía de los felices
para esconderse bajo el cielo»