De pies a cabeza, literalmente, Yinka Shonibare vistió —con telas estampadas distintivas de África— a imperialistas: la Reina Victoria, Colin Campbell, Robert Clive, Henry Bartle Frere, Horatio Herbert Kitchener, Charles James Napier y Frederick Sleigh Roberts, personajes que contribuyeron a la expansión del Imperio británico en los siglos xviii, xix (especialmente) y principios del xx.
Las siete esculturas creadas por Shonibare, que conforman la serie Decolonised Structures [Estructuras descolonizadas], están basadas en sendas estatuas que se localizan en Londres. El artista no cambió su indumentaria, sino que, encima de esas ropas del pasado, usó los colores y los dibujos de textiles que comenzaron a circular entre continentes en la era colonial. Los llamativos estampados todo lo cubren: prendas, accesorios, rostros, brazos, manos, piernas.
Estas piezas fueron creadas con fibra de vidrio, pintadas a mano con patrón de cera holandesa (también llamado batik) y están erguidas sobre pedestales de madera. Las esculturas originales son de bronce, salvo la de la Reina Victoria, que es de mármol blanco. Las piezas se yerguen en sólidas bases de piedra en importantes lugares de la capital del Reino Unido. La «descolonización» que propone Shonibare en estas esculturas es un proceso complejo que inicia con la cobertura de todos los detalles distintivos de los personajes históricos con la evocación de las telas que simbolizan la cultura de los pueblos sometidos.
La Reina Victoria imponía moda. Podía llevar vestido de seda o terciopelo, con cintura ceñida, realzada con corsé; falda voluminosa, mangas abultadas; con encajes, bordados, holanes y lazos; sombrero, guantes, joyas: broches, collares, aretes y tiaras. Capa o manto. La corona la llevaba a ceremonias importantes y acontecimientos de Estado. La corona de la estatua que Yinka Shonibare escogió para la serie se perdió hace mucho.
Los militares y administradores del imperio británico, con variaciones según el siglo, podían vestir casaca ajustada y larga, roja, generalmente, con botones metálicos y solapas distintivas. Chaleco con botones y color contrastante. Pantalones largos ajustados o calzones hasta la rodilla. Botas altas a la rodilla. Sombrero o casco. Insignias, bandas, galones y otros detalles para denotar el rango y la afiliación. Correas, bandolera y funda de sable.
La emperatriz y los militares y administradores históricos del Reino Unido dan mucho en qué pensar cuando se les observa en su nueva condición colorida. Todos sus rasgos, todos los elementos de su ropa y sus accesorios —tan finamente precisados en las estatuas originales— se pierden, se confunden debido a esa especie de camuflaje fuera de lugar que Shonibare les impuso. Las telas africanas los colonizaron y, al hacerlo, proponen otro punto de vista histórico.
Estas Estructuras descolonizadas efectivamente dan pie a un sinfín de cavilaciones: el espectador podrá recordar al observarlas el proceso intelectual del historiador francés Marc Bloch, quien propuso en lugar de una historia de bronce —centrada en grandes acontecimientos, guerras, batallas, reyes, políticos, militares— una historia de hombres y mujeres, de las personas comunes y su vida cotidiana en la que importa todo: la economía, lo social, lo cultural…
Shonibare también hace un ejercicio de transfiguración en el que el bronce se convierte en tela. Y en los pliegues de esa tela se encuentra la revisión de la historia, la crítica profunda y, al mismo tiempo, la celebración del arte y de su impacto estético que puede contener y producir, entre otras abundantes cosas, odio y tristeza, pero también belleza y alegría. La reexaminación del pasado colonial e imperialista nos lleva a la reflexión de esos y muchos otros temas en el presente, entre ellos, por ejemplo, el del intercambio cultural, la identidad, el poder y la justicia.
En la muy crítica obra de Yinka Shonibare se mezclan el arte, la historia, la moda y la política de una manera compleja y disfrutable. Está llena de humor. Los diversos objetos conceptuales que ha creado a lo largo de los años contienen ángulos insospechados que no sólo funcionan en una determinada locación, sino que trascienden épocas y geografías.
Yinka Shonibare CBE RA, quien se describe a sí mismo como un «híbrido postcolonial», crea obras que exploran los temas de raza y clase a través de medios como la escultura, la pintura, la fotografía, el cine, los tapices y las instalaciones en el espacio público. Nació en 1962, en Londres, Inglaterra, y a los tres años fue llevado por sus padres a Lagos, Nigeria. Vive y trabaja en Londres. Fue nominado al Premio Turner en 2004 y elegido Académico Real (RA) por la Royal Academy de Londres, en 2013. Fue condecorado con la Orden del Imperio Británico (MBE), en 2004, y como Comandante de la Orden del Imperio Británico (CBE), en 2019. Por eso él agrega a su nombre las siglas CBE y RA: Yinka Shonibare CBE RA.
La práctica de Shonibare cuestiona el significado de las definiciones culturales y nacionales. Su material distintivo es la tela de batik «africana» de colores brillantes que compra en el mercado de Brixton, en Londres. El batik se inspiró originalmente en el diseño indonesio, fue producido en masa por los holandeses y, finalmente, vendido a las colonias de África Occidental. En los años sesenta, esta tela se convirtió en un signo de identidad e independencia africana.
En la primavera de 2024, Shonibare tiene una exposición individual en la galería Serpentine de Londres. También participa en el Pabellón de Nigeria en la 60ª Bienal de Venecia. Sus nuevas obras en espacios públicos (de las que tiene un extenso portafolio) incluyen esculturas al aire libre, como «Material (SG) IV» (2023), una obra de cuatro metros de altura situada en un parque de la ciudad de Leeds, Reino Unido.
Shonibare fue comisionado por el curador Okwui Enwezor, en 2002, para crear una de sus obras más reconocidas, Gallantry and Criminal Conversation (Galantería y conversación criminal), en la exposición Documenta 11 en Kassel, Alemania, que lo catapultó a la escena internacional.
En 2008, tuvo una importante exposición de mitad de carrera en el MCA Sydney. Durante los últimos diez años, Shonibare ha dirigido los Guest Projects en la planta baja de su estudio en Londres, una iniciativa que ofrece acceso gratuito a un espacio de proyectos durante un mes a practicantes artísticos de cualquier disciplina.
Sus exposiciones individuales más recientes han tenido lugar en países como Estados Unidos, Austria, China, Singapur, Inglaterra, Japón, Corea del Sur, Canadá, Polonia y España.
Hay obra de Yinka Shonibare en las colecciones de instituciones como la Tate, el Victoria & Albert Museum y el Museo Británico, en Londres; el Museo Nacional de Arte Africano del Instituto Smithsoniano de Washington, D.C., el Museo de Arte Moderno de Nueva York y el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago; la Galería Nacional de Canadá; el Moderna Museet de Estocolmo; la Galería Nacional de Arte Moderno de Roma; la Fundación VandenBroek, en los Países Bajos, y el Centro Pompidou de París.
Con información obtenida en el sitio oficial de la Stephen Friedman Gallery
www.stephenfriedman.com
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