Una vaca normal

Francisco Hinojosa

(Ciudad de México, 1954). Su último libro publicado es Inchi Farofe (Fondo de Cultura Económica, 2019).

Una vaca normal

Había una vez una vaca normal.
Tenía cuernos, ojos, orejas y manchas
pero en vez de cola tenía una serpiente normal.
La serpiente parecía cinturón de piel de serpiente
pero en vez de lengua tenía una ardilla común y corriente.
La ardilla era traviesa y comía nueces a diario
pero en vez de cola tenía un simple gato ordinario.
El gato maullaba como sólo los gatos saben maullar
pero en vez de arañar movía su cola de pescado.
La cola nadaba, nadaba y volvía a nadar
como sólo los peces-vaca saben nadar.

Una vaca perfecta

Había una vez una vaca perfecta
que no era gorda ni valiente
era una vaca paciente
era una vaca normal.
Un día esta vaca
se puso un disfraz.
Dejó de ser vaca
y se hizo una vaca fugaz.
Pero como las vacas no saben cantar
la nuestra se puso a reír.
De tanto reír se cansó
y la vaca se puso a llorar.
Era una vaca perfecta
ni gorda ni sucia
tampoco valiente
tan sólo una vaca paciente
tan sólo una vaca normal.

La misma vaca

Al caminar se hacía de aletas
aletas normales: aletas de vaca normal.
La vaca pastaba y quería cantar.
Envidia tenía de seres alados con canto normal.
Sus ojos: dos hojas con cejas parejas, ni cojas ni viejas.
Sus ojos: dos gatos normales.
Era un pez gato,
cola de ardilla,
lengua de serpiente,
cola de vaca normal.
Era una vaca pescada,
traviesa y nuecera,
una loca cualquiera,
una vaca ordinaria y normal.
Comparte este texto: