Un cántico por Bogen / Laurel Ann Bogen

     Su cuerpo abre y cierra sus cerrojos como la calzada marina de San Lorenzo.
     Sus ojos captan captan todo aquel dato que zumba.
     Sus rizos son antenas de dolor.
     Sus oídos oyen la música de la tinta que desaparece, y atesoran mapas
     rotos de los colchones. Aquí habrá dragones.
     Su boca masculla piedras en su boca. Ríos de piedras.
     Su garganta gruñe una lengua secreta. Ella no revelará su vocabulario.
     Su voz quiere que su timbre se escuche.
     Sus hombros se levantan como criminales endurecidos.
     Sus pechos están prohibidos en siete estados.
     Sus pulmones añoran su respiro furtivo.
     Su aliento habita sus pulmones.
     Su corazón es grande —cuando el viento viene del sur.
     Su corazón es una tienda, un oasis, una linterna mágica.
     Su corazón descorre la cortina y dice Entra, Por Favor.
     Sus manos son herramientas para plantar rosas —gorda floribunda y brotes carmesí
     se despliegan a pesar de sí mismos.
     Sus dedos son faros.
     Sus brazos atienden tu sos en la tormenta.
     Sus brazos pueden llevarte a ti o a tu pesadilla, a ti y a tu pesadilla.
     Diez mil huevos cantan en sus ovarios.
     Sus caderas encorsetadas gritan revolución, patinan como Emma Goldman en Ecstasy.
     Punch y Judy pelean en sus muslos.
     Sus tobillos son Judy.
     Sus dedos son varitas mágicas en busca de oro.
     Ella es la paradoja de la latencia y la esperanza.
     Ella es la paradoja de desear y tener.
     Suelta, es tu collar de perro.
     Pasa su Gran Cadena del Ser alrededor de tu cintura.
     Ella lleva tus ropas cuando duermes.
     Ella duerme en tus sueños cuando despiertas.
    

     Versión de Gabriel Bernal Granados

 

A Canticle for Bogen
Her body opens and closes its locks like the St. Lawrence Seaway. / Her eyes click click everything data whirring. / Her curls are antennae of grief. / Her ears hear the music of disappearing ink, and treasure maps / torn from mattresses.  Here there be dragons. / Her mouth mumbles stones in her mouth. Rivers of stones. / Her throat growls a secret language. She will not disclose its vocabulary. / Her voice wants its timbre to be heard. / Her shoulders hunch like hardened criminals. / Her breasts are outlawed in seven states. / Her lungs will her furtive breath. / Her breath inhabits her lungs. / Her heart is big — when the wind blows from the south. / Her heart is a tent, oasis, magic lantern. / Her heart pulls aside the curtain and says Please Enter. / Her hands are tools to plant roses — fat floribunda and crimson blossoms / unfurl despite themselves. / Her fingers are searchlights. / Her arms lifeboat your stormy sos. / Her arms can carry you or your nightmare, you and your nightmare. / Ten thousand eggs sing in her ovaries. / Her girdled hips cry out revolution, sashay like Emma Goldman on Ecstasy. / Punch and Judy battle in her thighs. / Her ankles are Judy. / Her toes are divining rods searching for gold. / She is the paradox of latency and hope. / She is the paradox of want and have. / Unleash her, she is your dog collar. / Sling her Great Chain of Being around your waist. / She wears your clothes when you sleep. / She sleeps in your dreams when you wake.

 

 

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