Tragedia cómica / Abril Celeste Noriega  Pineda

Preparatoria de Tonalá

Todo comenzó en una fiesta. Era el Día de San Valentín y el comité de la prepa iba a ofrecer una fiesta a todos los alumnos.
     Celeste y Míriam eran muy buenas amigas, pero no tenían qué ponerse para la fiesta. Eran muy vanidosas y no querían ir vestidas de manera común, así que decidieron pedirle prestado un cambio de ropa a Isela, la niña más rica. Fueron a su casa y ella accedió a prestarles ropa, sacó todos los cambios que tenía, eran tantos que no alcanzaron a contarlos. Celeste y Míriam comenzaron a verlos, pero nada les satisfacía. Finalmente, eligieron dos vestidos hermosos y se los pidieron, además de un par de zapatos para cada una.
      El día de la fiesta y ellas llegaron muy puntuales. Ahí se encontraron con sus novios; estaban hermosas, todo el mundo las miraba. Bailaron toda la noche con ellos, que también lucían muy atractivos.
      A mitad de la fiesta, las jóvenes decidieron ir al tocador y cuando regresaron, unas chavas estaban coqueteando con sus novios. Ellas se enojaron mucho y comenzaron a pelearse a golpes con las otras, hasta dejarlas tiradas en el piso. Después sus novios las separaron, pero al salir de la fiesta se dieron cuenta de que la ropa y los zapatos que llevaban estaban deshechos.
      Al día siguiente vieron a Isela y le dijeron que luego le regresarían sus prendas, ya que las mandaran limpiar.
      Ellas dejaron de comer e ir al billar para poder juntar dinero con que comprar ropa similar a la que les había prestado su amiga. Después de dos largos meses de abstinencia tuvieron el dinero y pudieron comprar la ropa.
      Cuando le contaron a Isela todo, ella rió y les dijo que no era necesario que le hubieran comprado los vestidos, porque ella ya no los quería y que de hecho había pensado en regalárselos.

 

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