la calma es
polvo verde y costura que domina
porque no se trata de esconder
huracán ante la disculpa
del rostro que duda
¿puede bajar el volumen? ¿me da permiso?
en los dientes la voz deja sombras
meditar es entonces sacudir
la arruga en el atuendo
la delgadez de un cuerpo lleno de hambre
cuerpo calígula, muerte que abarranca
y no sucede
avanza por la sacudida ciudad el monstruo
como aire a 300 km/hr
golpeas porque odias lo que te odia
igual que un hermano en las sienes
abres la puerta y recorres pasillos de ojos
abres, como quien abre la ira, la pólvora
suburbios sutiles de sangre
en la vena de la mujer débil
que tú y el otro aman
él mismo en una cámara de proyectiles
mismo temperamento, bomba que respira
lacio como las hojas lacias, lacio
¿y la puerta en los ojos? ¿y la llave de puños?
un terremoto humano cruza la avenida
vidrio hacia arriba sin fuego ni máscara
bostezo tan fuerte de quien huye
somos testigos
del polvorín que tiembla en tus manos
sabrán de ti las calles
pasos más allá que derrumban