Silvae (iluminado)
Brota la resina de los árboles, los bosques se levantan
como de costumbre, entumecidos y verdes
frente a mi ventana, por doquier en la Tierra,
donde no hay prados, ni jardines,
ninguna casa similar a la mía.
Un animal algunas veces, un blanco de tiro
bajo el manto de las hojas, con pocos
aciertos del año pasado—
dos caballos vetustos
llevan leña de los árboles tirados por el viento, con la penumbra
llegan cazadores, uno puede ver cómo iluminan
sus tenis amarillos.
Silvae (gelichtet)
Das Harz läuft aus den Bäumen, wie gewohnt / stehen die Wälder, hölzern und grün / vor meinem Fenster, und überall auf der Erde / wo kein Feld ist, kein Garten / kein Haus wie das meine. // Manchmal ein Tier, an der Blattunterkante / eine rehbraune Schießscheibe mit wenigen / Treffern vom Vorjahr— / zwei uralte Pferde / ziehn Holz aus dem Windbruch, mit der Dunkelheit / kommen die Jäger, man sieht ihre gelben / Turnschuhe leuchten.
Hotelsituation, langes Liegen
Herzhoheit, Neon und langsamer Umschlag dieser Waren / —irgendwie nachdenken, irgendwie wach bleiben— // wie das Milieu uns betört, in seinen Höhen und Tiefen / der Abend ist voll von Sprache, aber die Wörter lahmen // die Körper der Pflanzen regenerieren sich, hölzern und / still, trojanische Pferde, liegen wir am Grund der Stadt //so wach, in seinem Schlaf, unser geduldiges Fleisch / kommuniziert mit den Flüssen. Kriechstrom, nahes Ufer // zögernde Haut, das kleine Gefühl macht dich glücklich / Traumzeichen lösen sich aus meinen Jahren wie Laub // maßloser Baumschnee. Lass uns jetzt lange verreisen / zu Wasser, zu Land und zu Luft, lass uns jetzt lange // dieses Hotel nicht verlassen. Nie bei den Sternen, nie / aufhören, in der Musik. Dein Puls, deine Haare fliegen.
Schneeode, später Schnee
O schwarzer Schlaf, o Axt / o große Trauer, Herz / ich ging hinaus, über das Gras / ich ging hinaus um deine Augen. // Filzstift, Baumpilz, Hydra / ich ging hinaus, ich ging hinaus / über das Gras, um deine Augen. // Achte auf kleines Gewölk / achte auf Tote, ihren besonderen Traum / achte auf Vögel, die Spannung der Haut / das Schlagen, die Stimme, das Lied. // Dieses Gefühl überwintert / in deinem Handschuh, leise schnaufend / wie ein zu großes Tier / unter dem Waldboden. // Einmal im Schnee, gräbst du es aus / und findest Knochen // ich ging hinaus um deine Augen / ich ging hinaus um deine Augen // da sind die Toten, das Weltall / da sind die Vögel, das Lied.
Situación de hotel, largo reposo
Alteza del corazón, neón y lento empaque de tales mercancías
—meditar en donde sea, permanecer en vigilia como sea—
así como el ambiente nos fascina, en su altura y su fondo
la tarde está llena de lenguaje, pero cojean las palabras
las plantas regeneran sus cuerpos, endurecidos y calmos,
caballos de Troya, en el cimiento de la ciudad reposamos
tan despierta, en su sueño, nuestra carne paciente
conversa con los ríos, las fugas de agua, la cercana bahía
piel vacilante, te hace feliz un breve sentimiento
los signos del sueño caen de mis años, como hojarasca
de árboles sinnúmero. Deja que vayamos de viaje por las aguas,
por los aires y tierras, no nos dejes abandonar este hotel
por largo tiempo. Nunca en las estrellas, nunca concluir,
en la música. Vuelan tu pulso y tu cabello.
Oda a la nieve, nieve tardía
Oh sueño negro, oh hacha
oh gran tristeza, corazón
voy más allá de la hierba
voy más allá donde tus ojos.
Rotulador, hongo de árbol, hidra,
voy más allá, voy más allá,
sobre la hierba, donde tus ojos.
Atiende a los pequeños nubarrones,
atiende a la muerte, a su sueño dilecto,
atiende a los pájaros, a la tensión de la piel
al golpeo, a la voz, al canto.
Esta emoción cruza el invierno
en tus guantes, jadeo silencioso
como de animal inmenso
bajo el suelo del bosque.
Una vez entre la nieve, exhumas al animal
y encuentras huesos
voy más allá donde tus ojos
voy más allá donde tus ojos
ahí están los muertos, el cosmos
ahí están los pájaros, el canto.
Versiones de Daniel Bencomo