Poemas

Victoria Guerrero

(Lima, 1971). Diario de una costurera proletaria (Máquina Purísima, 2019) es uno de sus libros de poemas.

Yo

Yo, Victoria Guerrero, coronada de espinas, hincada en una silla cada 21 días, 
una palabra me embiste cerca del corazón.

De modo que razón y corazón se hacen menos amargos.

En un cuarto paralelo, alguien lleva una foto mía prendida 
en el pecho y cada cierto tiempo la maldice y la
oscurece con un alfiler del costurero de su madre.

Mientras más maldice, más coronada reinas en la noche. Lo sabes.

«Yo, Victoria, etc.», oigo por ti el silencio metálico de los instrumentos 
esterilizados hace unos instantes.

Batas blancas y verdeagua se pasean delante tuyo. 

La lengua sabe a plata recién labrada
Las cejas amanecen desmigajadas
Y las cabezas caminan descubiertas

Con el significado 
huyendo
de 
sí


Autorretrato (con ex maridos)

Vienen a pedir consuelo 
Vienen a catch up
Vienen a hablar del presente y a reírse del pasado 
(el pasado está olvidado —dicen, ja)
Vienen a comentar el estado del tiempo 
Vienen a alabar la belleza de su poesía 
Vienen a traer flores
Vienen a vestirse de luto 
Vienen a llorar sus vidas 
Vienen a hablar de sus hijos
(por si los tuvieron y si no los tuvieron también) 
A teorizar sobre la pobreza, el arte y el capital 
A incendiar la pradera
(eso afirman)
Y todo lo dicen en dos idiomas 
(por si sí o por si no)
Y agitan sus manos
Vienen y se duelen y se conduelen de sí mismos 
Maldicen a la nueva poesía
Maldicen a los santos de la literatura transnacional 
y hacen metáforas y símiles

Y hurgan
y escarban
y me revuelven

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