(vinimos a este mundo a generar contenido)
Si parece que fue ayer que llenaba hojas de papel sin piedad, por delante y por detrás, como si quisiera extinguirlas yo sola, con el tráfico enloquecido de mis pequeñas letras, desbordándose. Todo por decir. Algo. Todo por vivir. Todo. Todo por ser escrito. Por ser. Hojas sueltas, cientas, cayendo de mí, hojas ciertas, pisadas en el suelo por los que pasan. Los que andan por el pasado y los que siguen conectados. ¿Cuándo morirás? Te gustó el resultado? Ejercicios automáticos para definir la personalidad. Impresión digital de que hay poco por escribir, mucho por imprimir. Cada vez más solas formas de estar sola. Más populares formas de ser popular. Cada vez más solas las hojas de papel.
La poesía es la gran aguafiestas
La invitada sentada en la esquina callada
Observando a todos, la que no se halla, se aburre rápido, piensa que estaría mejor en casa
La que roba vasos de otras manos y siempre pide cigarros,
La primera que baila y luego llora,
La que roba besos a chicos y chicas, la que no logra articular palabras ni caminar derecho, la que pierde el sentido
A quien botan a patadas y regresa
Contenta, ya más animada
La última en irse, cuando la fiesta ya ha terminado
La primera en llegar cuando la fiesta ha terminado
La copa rota, el suelo mojado, el vómito en el sofá de cuero, la quemadura de cigarrillo en mantel y brazos, la resaca, el chupetón, la aventura de una noche, el arrepentimiento, el nuevo amor, la pastilla del día siguiente, tus tres hijos, el departamento comprado a plazos, la búsqueda del éxito, la deuda con el banco, el auto de segunda, la estabilidad, la confianza que dan los años, la crisis de los cuarenta, el fin del amor, la vejez tranquila, tu entierro.
La poesía es todas las fiestas.