Poemas / Iván García

Posponer 1

El mundo aplaza ocho minutos,
Cada segundo en su larga aguja
Sostiene un único y delgado pensamiento
De la oscuridad, emergen paulatinas
Polaroids pinchan las paredes
Incoherentes

Abro y cierro las pestañas,
Alas de los ojos.
¿Qué mueven en el
Polvo? Aire, de hilos negros
Estoy cosida a la misma
Instantánea, en esta habitación

Anzuelos de kohl todavía
Atrapan tu mirada, o garfios
Perezosos en el cerebro,
Qué poderosos arañan los muros
Sordos, ciegos, testigos blancos.
Cuatro gigantes verticales

Nos juzgan, inútiles
La mirada de uñas,
El rastrillo de ojos,
Peinando la luz,
Desenredando tu pelo,
Tanto te he mirado

Los párpados hechos
De la fina tela de las flores, dos pétalos
Traspasados de luz fetal,
Traslucidos y ensangrentados,
Nerviosos me protegen
Del mundo, es todo lo que tengo.

 

Posponer 2

El
Increíble murmullo vascular,
Subterráneo de sangre púrpura
Suntuosa de la antigua Roma,
La sucia catarata de sueños,
Me diluye

En el barco que navegan mil pobres, alguien
Abre una brecha, de personas, me cortan
En África, un pasajero
Violento abre las ventanas, el aire
Blanco de la conciencia, explota
Como el oxígeno lo veo —todo

Ha caído. Solo
Continúa una idea, tiembla
Irresistible,
Retorcida en el suelo de las serpientes,
Huérfana incapaz de nombrar
Un asesino

Duerme bajo una tonelada negra
De tierra. Una palabra
Que oculta en el barro de Sierra Pelada, brilla como el
Oro. Rezo todo lo que he escrito horizontal en mi sábana
De papel, blanca ¿Qué mago me eleva,
Egipcia en mi pequeña muerte?

Reversible y cotidiana
Sorbo del frío vaso
De agua, en mis labios
De vidrio, las primeras palabras
Invertebradas vienen de la noche.
Me pertenecen.

 

 

Comparte este texto: