Plovdiv [fragmento] / Myriam Moscona

Volví del colegio a las tres y media: caía un aguacerazo, la calle se había inundado. Subía las escaleras empapada cuando mi mamá me vio llegar. «Mira nada más, corre a cambiarte». A mí me importaba un pepino estar mojada, sólo buscaba una explicación. ¿Por qué en mi acta de nacimiento aparecen mis papás como «apátridas»? Eso se lo pregunté a mi maestra. ¿Dónde queda «apátrida»? Y ella sólo me dijo que «apátrida» no es un país, al contrario, es un término para nombrar a quienes no se les reconoce lugar alguno.

Ni mexicanos, ni búlgaros, ni nada. Ah, sí, como los parias que estudié en la clase de historia.

Mi madre me obligó a cambiarme, me llevó al cuarto y me pidió que me calmara. «Ponte un suéter seco, hija, y calcetines gruesos, tienes los pies helados. Escucha lo que te voy a explicar. Pronto nos haremos mexicanos, pero toma tiempo, yo no nací aquí, como tú».

—¿Entonces por qué no te ponen nacionalidad búlgara?

—Mira, hubo una guerra que separó a la gente de sus patrias, es difícil explicarlo, lo vas a entender de mayor.

 

Me da vergüenza que mis papás no tengan un país. Ayer la maestra dijo algo de eso en el salón de clase, habló de mí, me usó de ejemplo, me puse roja como el forro manila de mis libros.

En el recreo un niño se acercó a decirme que si mis papás no eran mexicanos entonces yo también debo de ser apátrida.

—¿Es cierto, mamá? Yo no me quiero ir a vivir a Bulgaria, ¿eh?     

—Calma, hija —dijo sonriente—, nadie nos va a echar. Además, pronto nos darán nuestra carta de naturalización, un papel que te reconoce como mexicano.

—¿Y van a borrar de mi acta que ustedes son apátridas?

—No, eso no.

—¿Por qué?

—Porque las actas de nacimiento no se pueden cambiar.

—¿Siempre tendré que explicar que mis papás son apátridas?

Encuentro este apunte entreverado con su acta de defunción. Y por algo que ni yo entiendo lo llevo conmigo a un paseo por la ciudad. Alzo la cara. Lo de todos los días. Me ha caído una mancha del árbol. Son los pájaros de siempre. Llevo los ojos hacia el papel que traigo conmigo. «Nacida en Sofia. Muerta en Ciudad de México. Nacionalidad: Apátrida».

Mi madre está enterrada bajo el suelo del país donde parió.

Muerte y paridura. ¿Quién hablaba de este binomio como si de un fragmento de la Biblia se tratase?

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