Pecado mortal / Azucena Cuevas

Preparatoria 7
 
Camino sobre la suave corteza que hay a mi alrededor, que conozco perfectamente; no escucho sonidos ni gritos, mi memoria está a punto de estallar al recordar mi niñez, y esos amargos recuerdos fluyen por todo mi cuerpo, sin embargo sigo caminando sin importar nada y sin obstáculos en mi camino, me siento tan alta y tan cerca de Dios que no puedo esperar más. Un dulce amargo recorre mi garganta sin dejarme respirar ni pronunciar palabra alguna, no puedo escuchar, no puedo ver ni puedo sentir en estos momentos, no espero que nadie venga por mí, estoy a punto de llegar al final del camino, veo la orilla y siento cómo caigo, el aire acaricia mi cara desnuda y hay un gran vacío dentro de mí, no puedo arrepentirme ahora, ya es demasiado tarde, el agua de mi cuerpo ha dejado de correr y se evapora lentamente, y los sueños que tuve alguna vez jamás los veré realizados, y el calor de mi madre no lo sentiré  jamás.
    Mi cuerpo yace ahí abajo, no distingo bien a las personas que están a mi alrededor, y las lágrimas de mi madre que caen sobre mis cabellos, y el dolor de mi padre que aún desconozco, la figura y los colores empiezan a desvanecerse ante mis ojos negros y profundos, cada vez me alejo más y el viento se lleva ese olor a muerte y desconsuelo que dejó mi partida, el polvo que cae en mi espalda se convierte en roca como un gran pecado que no será perdonado.

 

 

 

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