Poesía o Barbarie, uno de los proyectos que vienen representando a la ciudad de Madrid en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, comenzó hace unos tres años en un sótano del madrileño barrio de Lavapiés, un barrio que pasó de ser popular y obrero a multicultural (con la llegada de la inmigración), y que en la actualidad se va desgarrando con fenómenos como la gentrificación y la turistificación. En ese sótano se reunían poetas, noctámbulos, letraheridos y otra fauna madrileña para escuchar poesía: primero recitaban unos cuantos poetas cuidadosamente comisariados y luego el micro se abría al público. La jam poética, dirigida y presentada por Javier Benedicto, fue cosechando lentamente, poco a poco, verso a verso, cada vez más éxito y repercusión, hasta acabar emergiendo de las profundidades de aquel sótano (literalmente) underground para llegar a otros prestigiosos espacios como Matadero Madrid, la sala Cuarta Pared o el Teatro del Barrio, festivales culturales como Veranos de la Villa, o la programación de fiestas como las de San Isidro, hasta convertirse en un proyecto consolidado por el que han pasado miles de personas y decenas de poetas, pero también músicos, cómicos o performers.
Aunque la propuesta tuvo unos inicios difíciles, acabó uniéndose a una ola de interés por la poesía en Madrid y en España, donde se da una vasta y muy variada producción poética. En épocas anteriores, la poesía española se aglutinó en generaciones o se enfrentó en corrientes muy diferenciadas. Un ejemplo claro de esto último son las polémicas que hubo entre los llamados poetas de la experiencia, partidarios de los temas de la vida cotidiana, y la línea clara, el lenguaje directo y coloquial, cuyo representante podría ser Luis García Montero, y los de la llamada poesía del silencio, que podría ejemplificar José Ángel Valente, partidarios de una poesía más metafísica, delicada y hermética. Hoy en día el panorama es variopinto y proliferan diferentes poéticas: las que tiran de referentes culturales pop, las más críticas y politizadas, las que se apoyan en discursos científico-tecnológicos, las más intelectualizadas, la visiones más irónicas, el realismo sucio, etcétera, un eclecticismo tal vez producido por el mayor acceso y flujo de información (y de poesía) que han generado las nuevas tecnologías. Hay quien dice que será en el futuro cuando sepamos extraer las líneas de fuerza que unen a poetas tan diversos.
Algunas antologías recientes recogen esta riqueza y diversidad de la poesía española, por ejemplo, La cuarta persona del plural (Vaso roto), de Vicente Luis Mora (que recoge a poetas como Jorge Reichmann, Julieta Valero, Ada Salas, Mariano Peyrou, Pablo García Casado, Álvaro García, entre otros), o Fugitivos (Fondo de Cultura Económica), de Jesús Aguado (con Miriam Reyes, Elena Medel, Vicente Valero, Agustín Fernández Mallo, Francisco Alba o Vicente Luis Mora). La poesía más emergente se halla en Nacer en otro tiempo (Renacimiento), antologada por Miguel Floriano y Antonio Rivera Machina (en donde se encuentran Berta García Faet, Diego Álvarez Miguel, Laura Casielles, Unai Velasco o Sergio C. Fanjul). Respecto a la poesía más crítica, encontramos Disidentes (La Oveja Roja), de Alberto García Teresa (donde se reúnen Antonio Orihuela, Enrique Falcón, Mercedes Cebrián, David Refoyo, Roger Wolfe, Juan Carlos Mestre o Nuria Ruiz de Viñaspre).
Otro fenómeno actual dentro de la poesía española es el boom de la llamada nueva poesía, poesía tuitera o poesía juvenil, obra de nuevos autores que venden decenas de miles de ejemplares (cosa impensable para un género tradicionalmente minoritario) entre un público adolescente y juvenil (y no tanto). Editoriales independientes, como Frida, o grandes editoriales que han girado la cabeza hacia este fenómeno en vista del potencial beneficio (Espasa, Aguilar), rastrean las redes en busca de nuevas estrellas y también tratan de encontrar mercado vendiendo poemas de músicos, raperos o cantautores. El fenómeno es brutal en cifras y ha causado polémica dentro del mundo de la poesía considerada seria o culta. Se critica a estos poetas su falta de vuelo poético, su sentimentalidad, su público y su vocación adolescentes o el hecho de que parezcan escribir sin conocer la tradición. Otros dicen que es buena manera de atraer lectores al mundo de la poesía, que falta hace. Otros, que nos hallamos ante una burbuja pronta a pincharse. Lo cierto, para bien o para mal, es que representan un fenómeno editorial inédito y que han contribuido al actual interés por la poesía en Madrid y en España. Algunos de los nombres que forman este grupo son Marwan, Irene X, Diego Ojeda, Rayden, Defreds o Luis Ramiro, muchos de los cuales han conseguido su numeroso público a través de las redes sociales.
Dentro del panorama editorial conviven editoriales de larga trayectoria como Visor, Hiperión, Pre-Textos o Renacimiento con otras editoriales emergentes como La Bella Varsovia, Ya lo Dijo Casimiro Parker, Isla de Siltolá y un largo etcétera de pequeños proyectos. Se publican revistas especializadas como Años Diez, Paraíso o Estación Poesía. La escena madrileña se completa con un fuerte movimiento de jams poéticas y recitales, que surgieron en la primera década del siglo en bares como Bukowski Club o Los Diablos Azules, siempre con el apoyo de redes poéticas creadas en internet, cuyo heredero es el Aleatorio Bar, en el barrio de Malasaña, pero los eventos florecen por doquier. En cuanto a festivales, se encuentra el festival Poetas, con una larga y prestigiosa trayectoria, mezclando la poesía con otras disciplinas como la música, el arte plástico o el humor; el festival Poemad, o el festival Eñe, que, si bien se ocupa de todos los géneros literarios, también tiene espacio para los versos.
En este contexto, Poesía o Barbarie, organizado por el Colectivo Masquepalabras, da el salto de las plazas, los escenarios y los bares para entrelazarse en las ondas hertzianas de la nueva radio municipal madrileña m21, en forma de programa de radio semanal donde se toma el pulso a todas las poéticas y a sus intersecciones con otras disciplinas artísticas como la música, el arte plástico, el teatro o el hip-hop. Un espacio radiofónico que combina las entrevistas y lecturas de poetas con los debates sobre temas de actualidad cultural y los espacios abiertos a la participación y lectura de los escuchantes.
Ahora, Poesía o Barbarie desembarca en México para traer a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara una buena muestra de versos transatlánticos procedentes de la escena madrileña y española encarnados en cuatro propuestas: la poesía intimista y descarnada de Luna Miguel, el verso crudo y urbano de Escandar Algeet, Sergio C. Fanjul con el proyecto escénico Freelance Show (junto a Liliana Peligro, formando el dúo de stand up poetry Los Peligro) y el vibrante espectáculo de slam poetry de Dani Orviz, De Madrid al verso.