Music Box / León Plascencia Ñol

¿Recuerdas Ka la music box que te llevé
desde aquel lugar distante? Había nubes ordinarias
ese día, un viento helado casi transparente. Quería decirte
algo, repetir ciertos gestos caligráficos
desde el avión. La bolsa de papel tenía más objetos
para ti: una intensidad roja en el moaré, mi propio ritual kamikaze,
un cielo inexacto y un poco de las ruinas de Oriente.
¿Qué hay en lo abierto que no existe?
Encima del amor hay otra cosa, acaso despedidas, brillos del mundo
y una playa lejana. Tuvimos un precipicio y un árbol
enfermo; tuvimos algo que se extravió despacio. Te escucharé
decir: la segunda maleta ya está vacía. Te escucho
exacta en el naufragio. Contamos una historia de un regimiento
de fantasmas; ellos nos siguen, nunca pudieron irse.
Esta hora es un insecto y mi mundo tiene asma.

Entré a esa tienda para comprarte un regalo. El invierno
es una danza de veinte grullas y quisiera tener un kokatsu
para estos días de frío. Cruzo la avenida y el único lenguaje
real es el cielo. Allá un semáforo, la tienda de ultramarinos
y los tabachines quietos. Tuvimos una casa y una pashmina blanca
que vio al Cañón del Sumidero. El río es una serpiente
y yo cruzo la avenida. Algo volverá como un hábito. Nada
extraordinario ocurre en este vuelo. Observo el jugo de tomate
del hombre de al lado. La bolsa de papel guarda mis gestos.
El mundo se sacude: un aire violento (makura kotuba) nos sacude. No
moriremos aquí, no hoy, es el destino, ya lo sabes, o esa artillería falsa.
Quería decirte algo. Aquí los autos pasan veloces. Entré a la tienda
de objetos alemanes. ¿La recuerdas? No es imposible observar
una fotografía fuera de foco. Hoy me vestí de negro. Afuera
del aeropuerto cientos de personas hacen colas para tomar un taxi.
¿Recuerdas que me pediste un kimono? Debí llevarte un haori
pero cargué por largos pasillos con una muñeca gigante
para la recién nacida. Hoy mi mundo tiene asma.

 

 

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