Memoria / Mauricio Ramos Morales

Al llegar me dijeron que cumpliría mis tareas en la cocina, y, en el intento de ser una persona servil a la mirada de todas, me he esforzado mucho por realizar un buen trabajo. Inicié como una ayudante: lavaba platos, ordenaba y preparaba todo lo que utilizamos al hacer los guisos, y también guardaba los alimentos que se compran en el mercado. Me fui involucrando en la preparación de los desayunos, y mis hermanas, las de mayor experiencia, reconocieron mi voluntad por cocinar y así, en poco tiempo, me dieron la oportunidad de preparar algunas comidas. La semana pasada mi corazón gozó: para celebrar el día de mi nacimiento me dieron libertad de cocinar un postre y su sabor conmovió a todo aquel que lo probó. Siento que por eso gané la responsabilidad de elaborar postres y confites para los días de especial festejo. Estoy muy contenta y agradecida, espero en adelante alegrar el paladar de todas mis hermanas. Combinando este trabajo con mi empeño en aprender y dominar con cabalidad las destrezas espirituales para la oración, espero, aunque sea un poco, ser agradable, yo que tan insignificante cosa soy, a los ojos de mi santo amo, en Él es mi vida.

Las prácticas en el simulador terminaron. Los instructores han dicho que estoy listo. Pocas veces me he sentido tan alegre, pude concluir el entrenamiento y he sido elegido para salir en una misión real de búsqueda. Debo llegar al hangar de la base mañana muy temprano para recibir el explorador que me han asignado, por fin podré pilotearlo y operar su escáner sin supervisión. Mañana también me informarán a qué zona deberé viajar y por cuánto tiempo estaré ahí; espero que sea mucho, pues tendría más oportunidades de encontrar algo útil al Proyecto Alfa y así pagar lo invertido en mí. Sé que el proceso de renacimiento está en marcha y el mundo necesita, como nunca, el trabajo de todos quienes aún vivimos; mi labor será difícil y peligrosa, pero en mí no quedará ni una partícula de esfuerzo sin ser consumida; mi existencia, como la de todos mis hermanos, debe ser para el bien de la vida en la nueva era.

Sólo tú ves la verdad en lo que digo. Que desde los últimos meses me fueron dadas mayores responsabilidades en la cocina y que respondí de muy buena fe. Que las comidas, y en especial los dulces que preparo, ganaron fama incluso fuera del convento, y en tal agrado los tuvieron todas las personas que los comieron que recibí incontables felicitaciones y ante las mismas me sentí apenada, pues soy una simple sirviente y no creí merecer los halagos. Pero tú me dices que los merezco, tú mismo me los has dado. Tú entendiste cuando sentí un miedo tormentoso y una vergüenza sin límites la primera vez que llegaste a mí para pedirme que te diera a probar una de las alegrías que hice. En tus manos la miel será más dulce, dijiste antes de dar la última mordida. Y después regresaste otros días. Tú has estado aquí, se lo he dicho. Pero ellos estiman viles todas mis confesiones.

Vuelo sobre la última porción de mar; adelante ya se distingue la costa, es gris y lúgubre, no encuentro el brillo que debieron ver vikingos y españoles. ¡Qué palabras tan lejanas! ¿Algo quedará de ustedes, algo de los americanos? Si un rastro de vida ha resistido todo este tiempo, lo encontraré.
     El explorador indica la llegada a las coordenadas de destino. Inicia bitácora de misión.
     El día es el treinta y seis del año doscientos siete de la nueva era. Al mando del explorador 4-25ZZ, que habla y registra toda actividad, se encuentra Martín V., teniente de búsqueda en primer grado al servicio del Proyecto Alfa. La misión es la número ochenta y uno del año, el objetivo es encontrar y colectar materiales compuestos de biomoléculas para su resguardo y reproducción en los laboratorios de la base central. La misión durará cuarenta días a partir de ahora. Sistemas de aterrizaje activados. Escáner listo para iniciar reconocimiento en cuanto se llegue a la superficie. Comienza descenso.
     Explorador firme en tierra, cambio a modalidad de desplazamiento por bandas de tracción… ahora. El láser del escáner funciona con alcance de doscientos metros. Todos los sistemas estables. Inicia trayecto para cumplir el primer cuadrante por explorar.
     Por lo que se ve, afuera no debe de ser muy agradable. Frente al explorador y hasta el horizonte se extiende un desierto agrietado, una docena de enormes colinas se alzan a la derecha de una llanura de terreno irregular. Las construcciones de siglos pasados son ahora montones de piedra y metal aquí y allá. No hay más color que el gris del cielo, el gris de las piedras y el café claro de la tierra. Sopla el viento a velocidades de entre sesenta y noventa kilómetros por hora; por momentos se ven pequeños remolinos. Pienso que algún día alguien buscó aquí una ciudad hecha de oro. Hoy buscamos cualquier cosa que tenga carbono para intentar reproducirla y recrear la vida de antes. Según el último informe oficial que leí, el proyecto Alfa ha logrado sintetizar con éxito la estructura del treinta por ciento de los miles de sustancias y materiales enlistados por el Proyecto Clío. Cuando era niño, un teniente recién graduado encontró huesos que, de acuerdo al centro de comparación histórica, coincidían con la descripción del perro doméstico. Después de que los nuevos primeros ejemplares murieron a los pocos días por no lograr soportar la polución, el comité a cargo del Proyecto Géminis canceló las clonaciones de perros; en una consulta, la mayoría votó por aplazar la clonación de ese y otros animales de los que se encuentren restos útiles para su réplica, hasta que la calidad del aire mejore al grado de poder quitarse las mascarillas de purificación doce horas al día. Hoy, gracias al crecimiento de los nuevos bosques y selvas en la zona de la base central, es posible salir sin filtros en la nariz y ojos hasta por ocho horas seguidas… quizá en una década o dos pueda adoptar un perro…

Las sospechas sobre mi comportamiento no cesan y mis palabras, que tú y yo sabemos ciertas, no han dejado de ser juzgadas por los padres del convento y por otros padres de la ciudad vecina; hasta los oídos del impecable señor Obispo han llegado informes de mi caso. La situación tortura cada gramo de mi carne y alma, que son tuyas. Mis hermanas han decidido no hablarme más, nadie me acompaña en el momento de oración. Sólo espero que las mentes que dispondrán de mí encuentren en tu gracia sabio consejo.

Es el mediodía de la jornada dieciocho. Mi esperanza está por conocer el éxito. El escáner ha reportado una lectura en el cuadrante explorado número quinientos cuatro. En la pantalla de comando se indica la detección de tres muestras, su ubicación está a treinta y seis metros del flanco izquierdo del explorador y nueve bajo tierra. Inicia cambio de rumbo hacia el punto marcado y preparación de taladro aspirador… ahora.
     Se han extraído nueve metros cúbicos de tierra. Los sensores indican que los materiales acumulados en el depósito central no representan riesgo elevado de contaminación, traje y casco no serán necesarios. Me dirijo a la escotilla que comunica a la parte posterior del explorador. Activo el analizador molecular, inicia ahora la separación de materiales por tamizado y aspirado.
     Todas las sustancias ignoradas por el analizador comenzaron a ser expulsadas a través de las válvulas de desecho. La figura surgió de entre el montón de tierra. Tan pronto terminó la separación de materiales, me acerqué a ella. Mirándola recordé un poco de mis lecciones de historia. Antes de ser representado así, aparecía ileso, de pie, su cabello rizado no era tan largo y alrededor de la cabeza llevaba la aureola de luz tomada de Apolo, uno de los antiguos dioses romanos. Pero esta figura es de una época posterior, aun sin ver sus brazos extendidos, que debieron romperse en algún bombardeo, o mucho antes quizá y por cualquier otra razón; sé que ésta es la representación más violenta que se hizo de él. Le falta color, sobre todo el rojo. La erosión de la madera le ha agregado heridas y ha menguado el filo en las espinas. No importa el desgaste, su valor artístico debe de ser muy alto, en el archivo antropológico me agradecerán que les entregue esta pieza; hasta donde sé, son pocas las imágenes de este tipo que todavía se conservan, unas han sido recuperadas, otras fueron salvadas en las últimas guerras.
     Antes de encapsular la imagen debí recuperar los otros dos hallazgos. El analizador los ubicó en un espacio ahuecado de la figura, justo bajo los labios. Hice un pequeño orificio con el láser manual y después introduje una sonda de aspiración. Después de asegurarlos, inicié una conexión con la red del control en la base central esperando que se alegraran con mi llamada.

No buscan en los ojos que tú has visto, no quieren oír la voz a la que tú respondiste. Me llaman falsa mística, me condenan. No podré hacer otra vez los dulces que tanto te gustan, amado Jesucristo. Dueño mío y bien del mundo: no podré respirar más.

Soy el teniente Martín V., reportándome desde el explorador 4-25ZZ, control, tengo buenas noticias. Encontré sustancias útiles para ser replicadas en el laboratorio. De acuerdo con la comparación que hizo el analizador con sustancias similares ya registradas, una debe de ser la semilla de alguna planta y la otra, que se encuentra recubriendo en una fina capa a la primera, se compone de varios tipos de azúcares. No sé si estén de acuerdo conmigo, pero creo que los gránulos de color ámbar que ahora observo dentro de su cápsula de protección eran y pueden ser alimento. Control, ¿cómo creen que sea su sabor?, ¿qué tan dulce será?

 

 

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