Los celacantos / Marcelo Guajardo Thomas

En manadas hacia los valles, con diminutos pero sostenidos pasos en manadas, hacia los valles, sin dientes aún, en manadas hacia los valles, por los acantilados, en manadas hacia los valles, unidos por el vientre, en manadas a los páramos, por las cordilleras y las playas, en manadas, recién nacidos, en manadas hacia los valles, preñadas, húmedos, en manadas hacia los valles vertebrados, respirando por la piel y las branquias, en manadas, unidos al mar, hacia los acantilados, los páramos, los campos de trigo.
    
Por donde oculta la vista aparecen, de pronto en la ribera y la ola, al ocaso lanzados fuera, del mar y el poniente de estos brotes, las alimañas en manadas y grupos hacia los valles, en pequeños grupos y subiendo, los acantilados hacia los bosques, por donde la vista oculta, aparecen, los peces pulmonados.
     En sus madrigueras, las bestias con aletas, a la tierra avanzan, en manadas hacia los acantilados, por donde la vista inunda, a la tierra en asalto y avanzan, sus aletas, sus pulmones hacia los acantilados, a las madrigueras, las bestias, con aletas hacia los valles y los deltas, las ciénagas, los pulmones, sus aletas, hacia los valles, hacia la tierra y su manantial.
    
Por donde la vista se encabrita, los pulmonados avanzan, desde las fosas y mugiendo, los vertebrados, los cartilaginosos, los bellos pulmonados avanzan en manadas, hacia los abrevaderos y la ciénaga, donde la vista se encabrita y enmudece, a penas su aleta, al aire y respira.
    
Y en su mugido el calor, los capilares, allí donde la vista pierde su refugio, a los valles y en manadas, por los acantilados hacia las ciudades, por sus columnas y vías, por los campos de golf y los parques, hacia los valles desde los acantilados, donde la vista se encabrita, vuelve, muge y resplandece.
    
De donde retorna el pulmonado, a los acantilados por la desembocadura y creciendo, en manadas hacia los valles, donde retorna la vista hacia la ladera contigua, a los bosques de cruces y álamos, a la vía salobre en el delta, los sabuesos, los pulmonados, los celacantos. Volviendo suspendidos a la tierra, por la laderas a los valles, por los acantilados a los valles, por donde la vista vuelve, del mar a sus afluentes, los reptiles.

 

 

 

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