(Lisgoold, Irlanda, 1953). Uno de sus libros más recientes es «Shoulder Tap» (Faber, 2021).
No un dolce affettuoso remilgado yo
1 Cada mañana me levanto de la cama. Cada mañana me refriego, me afeito, le doy brillo a mis dientes. Checo el correo, el Twitter, el clima dentro y fuera. Me tomo mi té, echo una mirada al jardín, lanzo bolitas a los peces. Tomo siete pastillas. Hago mis estiramientos. Corro. Y pienso en mis amigos, los vivos y los muertos. Cada mañana le llamo a uno o al otro de mis hijos. 2 Cada semana me arrepiento de alguna porción de mi vida. Cada semana sueño con mi santa madre. Me reviso la piel. Subo a la báscula. Saco la basura. En primavera grabo el canto de los pájaros y meto caracoles en recipientes de [plástico. En otoño le tomo fotos a las telarañas del rododendro. En invierno observo las constelaciones de los cielos. Googleo remedios, cruceros antárticos, escaladas tibetanas. Contemplo un curso de mandarín o de francés medieval. Googleo sitios porno y descargo más Bugs Bunnies. Repaso los hechos de mi infancia y alimento mis reproches. Cada semana o llamo a mi hermana o se me olvida llamarla. 3 Cada tanto reviso mi posición en el alma. Cada tanto imagino una larva en la avena de mi cerebro. O veo a mi alma luchar como la mosca en la mermelada. La veo convertirse en una criatura arrastrada por el viento en la opaca luz matinal. Veo que la suma de la vida es un turbulento océano sin nada a la vista. Y ahí no soy más (ni peor) que un agitado ion. Veo que el rizado océano es en sí la bestia que se muerde la cola. La brecha entre nuestros yos y —como lo vio Erígena y quizás Hart Crane— lo [Divino. Reviso diarios y libretas viejas. Hago una lista de nombres de mascotas, veleros, compañeros de escuela. Recuerdo el lago. O recuerdo la granja. Oscilo entre la calma védica y la lucha occidental. Releo el Inferno o escucho el Libro de Job. Cada tanto doy aviso de un cambio de actitud o de talante. 4 En algún otro lado el mutágeno en general en el océano bioquímico. En algún otro lado el texto mutilado y la muestra doctorada. La célula tóxica escurriendo por la conurbación pacificada. La vida fantasma de la glándula, sinapsis. El morse persistente del pulmón. El latido reflejo, el crujir mental, el claxon estruendoso de la fiebre. Las penas en el albañal que corre por debajo del baipás. Mientras los ojos se dilatan. Mientras los oídos siguen atentos. La piel asume el calor [o el frío. En algún otro lado la convulsión se enfurruña — o se pega a la camiseta. En algún otro lado las claves sibilinas están escritas en ácido. Todo en algún otro lado junto en las granulosas manadas de renos. Las viejas [migraciones. 5 Algunas mañanas despierto química y desapegadamente contento. Algunas mañanas despierto gracias a Dios con un palo. Despierto con una canción en el corazón y un brinquito al pisar. Me despierto y a zancadas avanzo a la regadera con una melodía en la cabeza. Óró mo bháidín… ¡Sólo soy una rosa de montaña! Allí canturreo como si fuera Dolly o Sinéad. Como el cisne en la tarde se mueve sobre el lago… Ahí me tienen con lágrimas de jabón escurriendo por la cara. Ahí me tienen anhelando las calles de Laredo. Las dos tórtolas las seis bellas mozas. ¡Una vez más con affeto ahora que mis desolados días han pasado! Las alas de la luz al amanecer. La vista de mi amor verdadero. Y esta mañana estoy chiflando Possente spirto. Le ruego al apuesto barquero que me lleve al otro lado. Óró esta mañana Orfeo son io… ¡Yo soy Orfeo! Quien fracasó no por su música sino por un momento de duda. 6 (laudation) De todas las vistas, una luna nueva. De todos los olores, el pan. De todas las [superficies, la piel. De todos los dulces sonidos, la tórtola huilota y un niño durmiendo. De todos mis recorridos, el atajo a la escuela por la cañada de Buckley. De todos los demás recorridos, el Greyhound entrando de noche a Manhattan. De todas las ciudades, Jerusalén. De medios de transporte, el pony y el coche. De las despreciadas virtudes, la timidez. De las celebradas, la hospitalidad. De los vicios inofensivos… quedarme en cama, las uñas pintadas, los souvenires. De los vicios solitarios, la noche de fiesta y hacer pis bajo la luna. De los pasatiempos sociales, el chismorreo entre amigos cultivados. De los cultivares, ya sea la uva, o la manzana. De las manzanas, la Wyken Pippin. De los cultos, el eleusino. De todo lo que disfruta una mente cultivada, escribir cartas. De todos los chistes, el de los dos ladrones. De las bromas, el tocar el hombro (la más vieja y cruel). De todas las aflicciones de Job, puede que los furúnculos. De palabras denigrantes, hypocrite. De palabras laudatorias, musical. De las bebidas, el té. De todo lo que curte el paladar, comer carne. De los artefactos ingeniosos, los buscadores y el zipper. De todo lo que medra entre la ruidosa progenie de Satán, el taladro y el mosquito. De las pruebas del amor de Dios, el cuervo. De todo lo que atestigua la atracción del mal, la mentira piadosa. De los pecados olvidados, la calumnia (que medra). De los placeres eróticos tangenciales, la sonrisa. Y el texto. De los sabores raros y elusivos, la dulce mirra y el níscalo. De las criaturas domésticas, el cerdo o el ganso. De todos los momentos, la hora antes de que salga el sol. De todos los miedos, un [bulto. De todos los lugares, aquí y ahora. De los dulces sonidos con que despertar, la [huilota. 7 Bendiciones de Pentecostés para el reventón a todo volumen en la Legión Británica. Bendiciones de la lluvia para las cacas de perro en los adoquines. Para los tordos estocando caracoles en los bordillos del lodo. Para las hoodies en las bajoneadas motos sobre la banqueta. Para el traficante y para el dealer y para el cliente. Para el comerciante que se atora al agricultor que se atora a los migrantes. Bendiciones para los ego-comerciantes de Facebook, etc. Para el trol que trolea al lobo solitario y a los cazadores en manada. Para la turba con ojos de Argos —los detractores del carácter. Para aquellos que proclaman el camino y la preminencia del Camino. Para las hordas bajando a los puertos y a los aeropuertos. Para las multitudes reunidas en las montañas o en los valles. Para el polvo del valle y el viento de la montaña infranqueable. Benditos sean aquellos que maldicen la hora en que fuimos traídos a tal puerto. Malditos sean los rectos. Malditos los sepulcros blanqueados. Maldito sea el justo. Bendiciones para mi vecino. Para los niños de la calle. Para los barrenderos. Bendiciones de Pentecostés para la boda o velorio que aún continúa en la Legión.
Versión del inglés de Pedro Serrano.
Notas: La cita del epígrafe está tomada de Hojas de hierba de Walt Whitman y la traducción es mía. «Óró mo bháidín» es una canción de cuna tradicional irlandesa y su traducción es: «Oh mi pequeña barca». «Sólo soy una rosa de montaña» es un verso de «Wild Flowers», una canción de Tom Petty popularizada por Dolly Parton. «Como el cisne en la tarde se mueve sobre el lago» es un verso de «She moved through the fair», canción tradicional irlandesa popularizada por Sinéad O’Connor. Las «seis bellas mozas» aparecen en «Streets of Laredo», una balada tradicional vaquera. «Las dos tórtolas» aparecen en «On the Twelve Days of Christmas», canción tradicional de Navidad. A Detractor and Other Characters es un libro de John Searle formado por pequeños retratos de personajes de carácter y publicado en 1628. La vista de mi amor verdadero. Possente spirto es un aria perteneciente a la ópera Orfeo de Claudio Monteverdi. «The Whitéd Sepulcre» es una pieza del compositor estadounidense Chase Jordan (N. del T).
The seven songs of myself
1/ Every morning I get myself out of bed. / Every morning I scrub, I shave, I shine my teeth. / I check mail, Twitter, inner and outer weather. / I sip tea, look in the garden, throw pellets to the fish. / I swallow seven pills. I do my stretches. I run. / And think of friends, the living and the dead. / Every morning I phone one or other of my kids. // 2 // Every week I regret some portion of my life. / Every week I dream about my sainted mother. / I check over my skin. Step on the scales. Clean out the bins. / In spring I tape birdsong and trap snails in plastic containers. / In autumn I photograph spider webs on the rhododendron. / In winter I observe the constellations of the heavens. / I google remedies, Antarctic cruises, Tibetan hikes. / I contemplate a course in Mandarin or medieval French. / I google porn sites and download more Bugs Bunnies. / I go over my boyhood deeds or nurse my grievances. / Every week I either call my sister or forget to. // 3 // Every so often I revise my position on the soul. / Every so often I imagine a maggot in the porridge of my brain. / Or I see my soul struggle like the fly in marmalade. / I see it change to a wind-borne creature in the sullen morning light. / I see the aggregate of life is a turbulent landless ocean. / And therein I am no more (no worse) than an agitated ion. / I see the coiling ocean is itself the beast biting its tail. / The divide between our selves and —as Eriugena saw and maybe Hart Crane— the Divine. / I read back over old copybooks and diaries. / I write down the names of pets, sailboats, schoolmates. / I remember the lake. Or I remember the farm. / I veer between Vedic calm and occidental strife. / I re-read the Inferno or I listen to The Book of Job. / Every so often I declare a change of mind or heart. // 4 // Elsewhere the mutagen at large in the biochemical ocean. Elsewhere the mutilated text and the doctored sample. / The toxic cell slipping through the pacified conurbation. / The ghost life of gland, synapse. The lung’s persistent Morse. / The reflex thump, the mental snap, the horn-blare of fever. / The sorrows in the culvert that runs beneath the bypass. / As eyes dilate. As ears stay open. Skin assumes the heat or cold. / Elsewhere the seizure sulks – or is strapping on a vest. / Elsewhere the sibylline codes are writ on acid. / Altogether elsewhere the grainy herds of reindeer. The old migrations. // 5 // Some mornings I wake chemically selflessly content. / Some mornings I wake god bless me with a bone. / I wake with a song in my heart and a skip in my step. / I wake and to the shower I stride with a tune in my head. / Óró mo bháidín… I’m just a wild mountain rose! / There I am belting it out like I’m Dolly or Sinéad. / As the swan in the evening moves over the lake… / There I am with the soapy tears down my face. / There I am longing for the streets of Laredo. / For the two turtledoves or the six pretty maidens. / Once more con affeto now my lonesome days are over! / The wings of the dawn light. The sight of my true love. / And this morning I am whistling Possente spirto. / I’m begging the handsome boatman to ferry me over. / Óró this morning Orfeo son io… I am Orpheus! / Who failed not for his music but for a moment of doubt. // 6 // (laudation) / Of all sights, a new moon. Of all smells, bread. Of all surfaces, skin. / Of all sweet sounds, the mourning dove and the sleeping child. / Of all my journeys, the shortcut from school through Buckley’s Glen. / Of all other journeys, the Greyhound bus at night into Manhattan. / Of cities, Jerusalem. Of modes of transport, the pony and car. / Of the neglected virtues, shyness. Of the celebrated, hospitality. / Of harmless vices… the lie-in, the painted toe, the keepsake. / Of solitary vices, the night out and a piss in moonlight. / Of the social pastimes, gossip among cultivated friends. / Of the cultivars, either the grape or the apple. / Of the apples, the Wyken Pippin. Of cults, the Eleusinian. / Of all that delights the cultivated mind, letter-writing. / Of all jokes, the one about the two thieves. / Of practical jokes, the shoulder-tap (oldest and most cruel). / Of all of Job’s afflictions, maybe the boils. / Of terms of abuse hypocrite. Of terms of praise musical. / Of beverages, tea. Of all that coarsens the palate, eating beef. / Of ingenious devices, the search engine and the zipper. / Of all that thrives among Satan’s noisome progeny, the rock drill and mosquito. / Of the proofs of God’s love, the crow. / Of all that testifies to the sway of evil, the white lie. / Of the forgotten sins, calumny (which thrives). / Of the erotic side-pleasures, the smile. And the text. / Of rare and elusive flavours, sweet cicely and the chanterelle. / Of domesticated creatures, the pig or goose. / Of all times, the hour before sunrise. Of all fears, the lump. / Of all places, here and now. Of sweet sounds to wake to, the mourning dove. // 7 // Blessings of Whitsun on the bash at full blast at the British Legion. / Blessings of the rain on the dog turds on the cobbles. / On the thrushes stabbing the snails on the mud-verges. / On the hoodies on the mopeds moping on the pavements. / On the trafficker and on the dealer and on the punter. / On the merchant screwing the farmer screwing the migrants. / Blessings on the online ego-merchants on Facebook etc. / On the troll trolling the lone wolf or the pack-hunters. / On the mob with Argus eyes – the detractors of character. / On those proclaiming the way and the supremacy of the Way. / On the hordes descending on the ports and on the airports. / On the multitudes gathered on the mountains and on the plains. / On the dust of the plain and the wind of the impassable mountain. / Blest be those who curse the hour we were borne to such a pass. / Curst be the righteous. Curst be the whitéd sepulchres. Curst be the Just. / Blessings on my neighbour. On her streetwise kids. On the streetcleaner. / Blessings of Whitsun on the wedding or wake still on at the Legion.