La muñeca / José Feliciano Álvarez García

Preparatoria de Tonalá

Una niña vagaba por las calles de la metrópolis, en su cara se veía el hambre, llevaba ropa deshilada, buscaba un refugio y un poco de comida. Caminaba durante horas y horas, recorriendo la ciudad casi todo el día, en un desesperado afán de sobrevivir. Un día, la niña en su paso encontró una juguetería, se alegró y corrió hacia ella asombrada, alegre, emocionada. En el aparador vio una linda muñeca con un hermoso vestido azul y pelo rubio; la niña quedó hipnotizada. De repente el dueño de la tienda la miró, salió y le dijo:
     -¿Qué quieres? ¿Qué haces aquí, chicuela?.
     La niña respondió:
     -Nada, sólo estaba observando esa hermosa muñeca.
     -Bueno, si ya las vistes, ¡lárgate de aquí!, que espantas a la gente -le dijo el vendedor.
     La niña, muy triste, se fue del lugar, se sentó en un rincón, tenía frío y hambre. De pronto, frente a ella pasó un joven príncipe y la niña le pidió que le regalara algunas monedas.
     El joven la observó tranquila, detenidamente, en sus ojos apareció la lástima, sacó algo de su bolsillo y se lo entregó.
     La niña, asombrada, le preguntó:
     -¿En serio me dará estas monedas? ¿Son reales, o son falsas?
     -¿Qué te pasa, pequeña, crees que yo te daría algo falso?
     -No, perdone usted, pero me sorprendí.
     – Bueno, pequeña, toma el dinero y vete de aquí.
     La niña corrió apresurada hacia la juguetería.
     Al día siguiente en las noticias se informaba: “En la ciudad se encontró a una niña muerta, al parecer pordiosera. Lo sorprendente es que en sus brazos llevaba una hermosa muñeca rubia”.  

 

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