Preparatoria 11
–¿Entonces mato a la araña?
Mi madre asintió. Yo lo pensé un momento.
Pobre arañita, merecía vivir otro poquito, tenía más telaraña que tejer, huevecillos que poner, gente a quien morder…
–¡Auch!, la araña alcanzó a morderme. Pobre de mí, merecía vivir otro poquito más…