Preparatoria 11 / 2012A
La mujer es el arma más peligrosa.
Hace una hora yo no me encontraba como estoy, o tal vez sí, o probablemente no, o quizá no exista… o puede ser que esté diciendo muchas idioteces ahora y ni tú ni yo existamos desde hace tres años y medio.
La verdad es que mi vida cambió en 189% hace 70 minutos por situaciones un tanto extravagantes, o quizá no.
Empezó mi día como cualquier otro… No, esperen, hoy es lunes y mis días lunes comienzan a las 5:50 am. A diferencia del domingo, que comienza a las 12 del mediodía.
Era un lunes que dio inicio en mi cama. Típica rutina un tanto abstracta.
Despertador suena a las 5:50… 6:10 y sigo aplanado en mi colchón.
-¡Chingado! Levántate ya, cabrón, vas a llegar tarde a la prepa, como siempre, y además tienes que revisar a Queso.
-Sí, papá, ya voy.
Comienzo mi día como soldado o quizá bombero: me levanto de un brinco, me pongo una chamarra y salgo del departamento a ver qué onda con Queso.
Queso es el pequeño cachorro que acogí después de verlo desnutrido y mal por la calle, y ahora vive afuera de mi casa, al menos así será hasta que lo adopten.
-Pinche Queso, ahora sí te cagaste… literal.
-¡Raf raf! Ulm. Ulm guau.
-¡Pinche Queso, me caes bien!
Y utilizando tres bolsas de plástico comencé a limpiar las “gracias” de mi amigo cuadrúpedo con nombre de lácteo.
Seguía en la labor de quitar la heces fecales del canino cuando al voltear hacia arriba veo a una muchacha que me mira con cara de what the fuck y me quedo estupidizado, con mierda en una mano y mis pupilas analizando unas esmeraldas grandes y hermosas, contemplando una llamarada rizada, un trazo curvilíneo esmaltado con escarlata, y una figura de lira torneada por los dioses.
-¿Hola?
Aquella chica sólo me sonrió y pasó de lado para evitar que sus Vans colisionaran con la última montaña café que quedaba en el piso.
Bajé a tirar la basura y volví a mi hogar para bañarme en chinga y tratar de llegar a tiempo a la primera clase, o quizá no.
Con la cascada artificial sobre mis espaldas pensaba en aquella chica.
¿Quién es? ¿Cuántos años tiene? ¿Es mi vecina? ¿A qué escuela va? ¿Tiene novio?
Y sobre todo… ¡bajo qué milagrosas circunstancias vino a parar tan hermosa mujer aquí a mi torre! Este C-17 donde las únicas vecinas bonitas que he tenido se fueron hace más de seis años.
Mis tímpanos captaron que la lista de reproducción de mi BB se estaba repitiendo…
-¡Ya son las 6:40!
-¡Ya voy a salir, mamá!
-¡Rápido, que a mí se me va a hacer tarde y todavía tengo que dejar a tu hermano en la escuela!
-¡Ya, mamá, ya estoy!
Saqué mi mano para tomar la toalla y secarme.
Tengo un gran dilema, o quizá una duda existencial… ¿bóxer a cuadros o bóxers negros? ¿Calcetas largas o calcetines cortos? ¿Tenis cafés o azules?
Al escuchar el soneto de Arjona diciendo que el reloj de pared marca las 6:43 recuerdo que mi entrada es a las 7, y eso me hace elegir bóxers largos, calcetas azules y zapatos a cuadros… Esperen, eso es un disparate.
Observo la pantalla de mi BB y veo que ya son las 7:15: ¡mierda!, amm no, creo que hoy entro un… 7:30, sí alcanzo.
-¡Hijo, rápido, para llevarte!…
-¿Me vas a llevar hasta la prepa?
-No, te dejo por con tus abuelos.
-Mejor en la Calzada.
Salgo de mi cuarto de regreso al baño para peinarme y lavarme los dientes, y veo que mi mamá está en su cama con su vestido de flores rojas; me sorprende que se haya cambiado tan rápido, eso era muy bueno para ser cierto… aún se estaba secando los pies y mi hermano estaba dormido aún, con el pijama puesto, lo cual significaba más retrasos si me iba a ir con ella.
– Mamá, si quieres me voy a esperar la 62 y ya si tú pasas, me voy contigo.
-Está bien, hijo, ¡qué te vaya bien!
-¡Zaz, pues!
Salgo y veo el plato de Queso sin croquetas y, como tengo miedo de que se vaya, no quiero dejarlo sin comida. Me percato de que la tienda está abierta y voy corriendo a comprarle cinco pesos de croquetas de cachorro.
-Me da cinco pesos de croquetas.
-De cachorro o de…
-Sí, de cachorro.