H1N1 / Chris Zepeda

Preparatoria 11 / 2012A

Hoy despertaron a todo el batallón alrededor de las tres de la mañana con una noticia que sonaría de película: hay “zombis”.
    Ya uniformados y listos en el cuarto de estrategias, nos informaron que éstos no muertos no eran “normales” –lo que se ve en las películas-,  no mordían y seguían un poco conscientes ya que podían manipular objetos y armas.
    Todo lo había generado una extraña mutación de los virus causantes de la  influenza AH1N1, que al combinarlas accidentalmente en un laboratorio con muestras del Ébola contagiaron al sujeto que lo hizo, y así se abrió la caja de Pandora. El contagio se llevaba a cabo por medio de estornudos y por eso nos dieron mascarillas y cubrebocas a todos.
    Nuestro objetivo  era entrar a las ciudades y eliminar toda amenaza que surgiera, tendríamos el apoyo de toda la policía y todas las instancias del ejército.
    Ya a bordo de los vehículos, con armas y municiones por todos lados, salimos de las instalaciones “seguras” del cuartel, rumbo a Guadalajara. A los diez metros nos detuvimos  y empezó a haber disparos, que al cabo de un minuto cesaron. Al llegar al bloqueo que impedía salir de Guadalajara, nos bajaron y dijeron que entráramos y elimináramos a todos.
    El panorama era complicado, tiroteos aquí y allá, y no se distinguía entre infectados y civiles. Algunos helicópteros evacuaban gente en las azoteas, dos cayeron y explotaron. Autobuses repletos de gente eran volados;  la amenaza número uno, antes de esta situación, los narcos, luchaban mano a mano con nosotros.
    Comenzó a haber bajas entre nosotros, los tanques dejaban de disparar. Iniciaba lo que en realidad era y nos ocultaron, éramos superados cruelmente… ¡achú!

                                 

                                                              

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