Canciones a Pola Mohg / César Arístides

a Paola Santos del Olmo

III

no sabes que el trino es una pluma melancólica
rastrojo de ave grácil en la frente crepuscular
que la fundación del deseo tiene un seno en tu mirada
hueco que canta endulza y envenena
por eso las noches tienen el fragor del mediodía
la ansiedad del mediodía el rubor hostil del mediodía
acaso adivinan en la hondura donde yazgo
la miel de tus muslos el roce de las zarpas en tu pelvis
recital furtivo de tu cadera cuando te alejas
tampoco sabes del sabor que dilata tu distancia
del cuchillo resbaloso entre mi lengua
cuando evoco las ortigas de tus labios
el satélite bruno de tu cuello donde bebo desamparo
porque no sabes del juicio sumario
de la carne jugosa atorada en las mandíbulas del sueño
del agobio que conduces a mis horas de barranco
tienes lejos las certezas los huesos penitentes
en tu lengua júbilo es suplicio de catedrales
muy lejos posees el indulto de los nardos en el vientre
el pico de la horda cautiva en tu barbilla
porque no bebes la lumbre que mi voz declama
y te meces al arrullo del día drogado por tu gracia
mas sin saberlo flor de celo y desvarío
las gotas de frugal estanque que abandonas
quedan quietas en mi ardiente mano
lamen la pupila de la calentura
solo el eunuco de los hielos apuntala los aullidos
en la queja del podrido espacio
donde no te encuentras te hundes relumbra
mientras cavilas en el sendero de la duda
y descubres en la zanja el espejo donde ya no existes
donde no te asomas al arpegio ni a la tumba
y tu sonrisa es luna que enjuga los amores del espanto
tus dientes mi memoria al borde matinal de una plegaria
por eso imploro tu cabello salvaje
tu espalda malsana que devora todo juicio
pero no lo sabes sonata de alcohol taciturno

 

 

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