Especies

Roxana Crisólogo

(Lima, 1966). En 2019, Libros del Cardo reeditó su libro Trenes.

Qué habrá sido de ti Sonia Suzuki
hoy que la descomposición es la química que cobra sentido 
que los árboles están llenos de ese limón sin jugo
que pequeños pájaros picotean en las sobras del día 
pero son las moras las que tiñen
las aceras de ese algo muy parecido a la sangre
que no es la de los periódicos ni la que está en boca de todos 
la verdadera sangre que en los periódicos se limpia la boca
la evocamos
en las flores que arranco
y me acomodo detrás de la oreja
por eso el cielo es así de un gris que no me explico
y las nubes no se ponen de acuerdo para hacerlo explotar
Nos llevamos todas las flores para deshojarlas y succionar su sabor 
preguntándonos si o no éramos las hijas amadas

pequeñas explosiones en el pecho 

entonces no había esperanzas
pero en la química habría futuro te dijeron
Todo lo que explique mezclas y cambios abruptos 
Todo lo que implique medir y combinar
restarle y sumarle al cuerpo 
es progreso es ingeniería
pero no podías concentrarte en más mezclas 
que en las que tenías en tu corazón
en la confusión que era la felicidad de no saber nada de nada 
de no querer nada de nada

estábamos sueltas por las calles del viejo centro de Lima
me ibas a contar de tu abuelo que fundó un negocio de la nada 
que de la nada un día abrió una tienda y luego otra
sin hablar una sola palabra

Otra vez la química de los saltos perfectos   la perfecta 
combinación de lo que explota sobre su eje
la explosión provocada para reunir 
y la nada como lugar mítico

Me ibas a hablar
del Perú Shimpo donde publicaban los nacimientos
Íbamos a aprender japonés juntas y juntas nos iríamos al Japón
 
ahí sí nos iban a reconocer el mérito de atravesar el futuro sin mirar atrás 
pero nuevamente la química
los saltos abruptos de la necesidad   el deseo
La última vez caminamos a registrarnos en el servicio militar obligatorio 
Nadie nos necesitaba entonces
Tampoco la patria
Habría que marcharse a algún lugar lejano 
Entonces no existía África
No sabíamos que se venían tiempos oscuros 
Lima 1984. Sueltas en el centro de Lima
Nos llamaban chinitas qué hacen tan solas

Y la lengua encogida guardándose para un mejor momento
y el cerebro que guarecí en una bolsa que los pájaros se peleaban 
por agujerear
Y las calles se llenaban de más vendedores y gente que huía 
y fundaba un país sobre nuestros pies
y yo bailaba para acallar ese país y a ti te pareció folklórico mi baile 
la bolsa de bayeta que me atravesó el pecho
las trenzas que se empezaron a tejer en mi rostro
Te pareció hacinamiento números demasiadas mezclas 
Mis dudas   oxidando el aire
creciendo sin contención   demasiadas palabras

Algo corría a contra corriente que no era yo 
Algún animal pequeño competía consigo mismo 
y todo terminaba en el desierto
como cuando me dormía en el bus y me olvidaba del mundo

Yo venía de un Cono y detrás de mí quedaba un desierto 
cada vez que me alejaba me acercaba al desierto
cada vez que me sacaba la ropa o los zapatos saltaba 
un desierto
Me llevé ese desierto a cada lugar que pensé 
lo escupí en algunas palabras
que llamé poesía

Un día te busqué por las calles de La Victoria 
Negocio de medias después del de los disfraces
Antes de los restaurantes con patos boca abajo en las vitrinas 
Toldos que no dejaban ver el futuro ni las intenciones
entre los maniquíes de espaldas
El cuerpo que se iba formando en la nueva ciudad 
No nos dejaban ver la nueva ciudad
Cerca del Congreso

Un día que no hubo marchas ni ninguna masacre que obligue 
a madres y hermanas a llenar las calles
A espaldas del Mercado central
Llegué te vi y fue como si la química finalmente
lo hubiera desvanecido todo en el cloro de una limpieza 
implacable

en una gran explosión 

en el té que me ofreciste
antes de seguir mi camino.

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