El viento canta / Mónica Berlí­n Casillas Amezcua

Preparatoria Vocacional
2019-A

Nunca nadie se molesta por escuchar cantar al viento, ni siquiera se dan cuenta de que lo hace, pero el viento canta y cuando el cielo llora canta tan pero tan fuerte que los árboles bailan. ¿Por qué nadie lo escucha cantar? las plantas y los objetos son capaces de hacerlo, pero los humanos no, en ese caso podemos afirmar que nuestros sentidos no están tan bien desarrollados o será que carecemos de algún tipo de sensibilidad que los árboles sí poseen.
      Existen testimonios de quienes sí, lo han escuchado cantar, pero las estadísticas indica que el 100% se abstiene de bailar o siquiera escuchar la canción, ese mismo 100% no encuentra más que un silbido, ruido ambiental y el 60% aproximadamente sube el volumen de la música en sus auriculares, de ese 60%, el 100% encuentra mucho más interesante su música que la del viento.
      Cuando el cielo llora y la canción del viento es más llamativa, muchos más que disfrutarla, se enojan, porque la canción suele arrastrar paraguas, pero nadie comprende que busca llamar la atención de un público que cante con él y que a diferencia de los árboles no se limite a bailar.
      Es posible que la auténtica razón de que no puede ser escuchado por el oído humano es porque el humano no quiere escucharlo, desde niños son entrenados para ignorar lo cotidiano, como el ruido de todos los días, quizá de pequeños fueron capaces de escuchar pero al crecer imitan las acciones de los otros.
      El viento canta porque está solo, porque es invisible y tiene la esperanza de poder ser escuchado aunque no visto, pero es ignorado y por ello el sol se apaga de tristeza, el cielo llora, las nubes se juntan todas para hacerle compañía. Si fuera el humano capaz de escuchar al viento ya no querría escuchar a nadie más, no pagaría por ir a conciertos de grandes artistas porque el viento ofrece gratis sus conciertos y los árboles y el agua cooperan sin cobrar ni un centavo por su actuación, eso es auténtico amor al arte.

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