*** / Carlos Alberto Amézquita Torres

Escuela Politécnica / 2012B

…Y de pronto aparezco allí, parado en medio de la carretera, oscura, tétrica, solitaria. Pareciera que es de madrugada, pero cómo saberlo si…. ¡Oh por Dios, estoy desnudo! Miro a mi alrededor buscando desesperadamente mis atuendos, aunque, espera, ¿por qué demonios no siento frío si me encuentro parado en medio de una calle desierta sin absolutamente nada que me cubra? Empiezo a sentir pánico, no encuentro una explicación lógica para esto, mi mente no recuerda absolutamente nada.
De nuevo me corroe la ansiedad de saber qué hora es. ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué pasó con mi ropa? ¿Por qué no siento el frío…? Inhalo profundo y me relajo; es increíble, pero en todo este rato ni un auto ha pasado por aquí. Ya relajado, siento como si una energía me llamara y me atrajera  carretera arriba.

Comparte este texto: