El bosque es un lugar hermoso para estar en familia, por eso traigo a mi hijo a este lugar cerca del lago, para que aprenda cómo es la vida en el bosque. Mi hijo es pequeño, hace unas semanas comenzó a caminar, es mi responsabilidad enseñarle que tenga los cuidados necesarios, porque el bosque, a pesar de ser bello, es mortal, nunca se sabe qué depredador esté rondando.
Es muy bello ver cómo mi pequeño juega, intenta correr tras las mariposas, sin lugar a dudas éste es el sitio perfecto, creo que puedo dejar que corra un poco más lejos, mientras tanto me acostaré en el pasto un momento. Me encanta la sombra que dan los árboles, la frescura que invade el ambiente.
Acabo de escuchar un ruido extraño, como si un animal pisara alguna rama; no debe ser muy grande, no creo que sea un oso. Volteo para ver a mi hijo, está un poco retirado y es momento de ir por él. Una explosión es la que indica que todo está mal, es tiempo de caza de osos, debo correr rápido para poner a mi hijo a salvo.
He llegado hasta él pero es demasiado tarde, ha sido muerto por esa criatura maldita, por ese ser sin corazón, ¿cómo ha podido asesinar a un pequeño?, ¿cuanto podría satisfacer mi pequeño sus ganas de asesinar? Dispara de nuevo, maldita criatura, porque yo no caeré sino hasta dejarte sin vida; maldito sean todos los cazadores, malditos humanos. Lucha, porque si no te despedazo yo, lo hará otro de los míos tarde o temprano; deseo que otro oso coma tu carne.