Poema

Valeria Mussio

(Tres Arroyos, Argentina, 1996). Es autora de ¡Hasta pronto, querida! (Peces de Ciudad, 2020).

esta casa nos está expulsando a las dos

ya no podemos vivir un día más juntas, quién hubiera
imaginado que el techo se caería
tres veces en un año sobre nuestras cabezas
que todos los caños se pudrirían, que uno
literalmente explotaría cuando yo
estaba acomodando mi casita
poniendo plantas en las esquinas vacías
de un lugar grande y mío que no puedo mantener todavía
pero que amo,
lo amo mientras miro el cuarto que tiene sólo un colchón
y una sábana, persianas que abren mal y cierran peor pero también
la mejor luz y el mejor viento en el lugar
mejor ubicado del planeta. miro mi casita
y pienso «acá sí voy a ser amada», y cuando vuelvo
hacia vos te encuentro mojada y confundida,
el agua del techo se escurrió por las paredes mientras te estabas
peinando y sentiste en tu cabeza el derrumbe
del placar podrido desde adentro, el colapso
de esta casa en la que no nos supimos querer ni aprendimos
a ser una madre y una hija que comparten un lenguaje, donde dejo
que se acumule tierra sobre mis cosas porque no
siento amor por la madera que mordí para calmarme.
entonces pasás incrédula el trapo mientras
no sentís nada por esta casa, y yo tampoco
siento nada por esta casa y el plomero
calcula los daños de su propio error,
en el ejercicio mecánico de barrer y acumular escombros
mientras pensás
que tal vez eso estuvimos haciendo
la una con la otra
intentar edificar algo sobre la base de lo que ya estaba roto y fallar
de una forma triste y un poco patética pero al menos
ya sabiendo que alejarnos es el acto de amor más grande
que podemos entender
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