Casa de la Cultura de Tala, 2014 B
¡Imagínate! Estoy atrapado dentro de mi cuerpo, escuchando mi voz y mis pensamientos dentro de mis pensamientos y, cuando te miento, hay una complicidad dentro de mí. Si te pienso, no puedes saberlo; si te deseó, el pulso cardíaco es invisible para ti; pero en cambio, si te amo, verás en mis ojos el deseo por besarte; si te extraño, verás en mis ojos la emoción de mirarte; y si te vas, verás en mis ojos la nostalgia al despedirte.
Cuando al fin salga de mi cuerpo, iré a buscarte, a atormentarte; cuando te despiertes en las mañanas y te mires a los ojos ante el espejo, vas a recordarme; cuando cruces el pasillo, vas a recordarme, cuando salgas y cierres la puerta, vas a recordarme…
A recordarme muerto.
Cuando él te pida amor con ojos de melancolía, vas a recordar mis ojos; si lo besas, no será como besarme a mí; si le sirves la comida, no te admirara el buen toque; cuando vayas a la cama y lo abraces, no sentirás lo mismo. Cuando pase el tiempo y finjas olvidarme, te quedarás atrapada dentro de ti, cuando él te mire a los ojos, sabrá que sufriste demasiado; cuando te invite a salir, no sabrá que mientes; si te pregunta por mí, fingirás que no me piensas.
Y cuando al fin me alcances en el camino, nuestro hijo acabará atrapado en vida, sólo en el mundo.