Preparatoria 17 / 2014 B
Aunque acuchillamos nuestros cuerpos
y bebimos como vino la sangre derramada,
igual que dos humanos que se embriagan de placer,
nunca fue una equivocación saborear las mieles de tu piel
y aunque la noche cierra de nuevo su telón
y mis ojos húmedos sólo marcan el camino
en mis mejillas sin ninguna compasión,
lo único que quiero es escuchar
la oscuridad que marca la noche,
quiero sentir mis brazos cálidos
para sólo cerrar el mar derramado,
para matar mi voz débil.
Te miro
y tus ojos están perdidos,
acostumbrados a la desesperación,
a la calma de la noche,
el silencio es tu única voz,
el secreto de tu melodía,
cantando una y otra vez la misma canción,
visitando las imágenes de escenas pasadas,
tu misteriosa mirada,
su infinita hermosura,
y tu seriedad al despertar… al amar con ella y al odiar
quiero enmarcarla con la fina luz de luna
y arrullar los recuerdos
con el tono de las gotas que cantan a su ritmo
para poder seguir observando tu figura
aun en la oscuridad más oscura.