Licenciatura en Letras Hispánicas 2012 B
Éste es el cáliz y la sangre de mis pecados.
Ésta, la vida de mis ancestros, que nunca
pudieron domar los ídolos y el fuego.
El azar, que maltrata los días,
en el último consumirá sus almas.
Aquí no hay espacio para más mentiras:
el año bisiesto de cada individuo vale
más que la vida de cientos de hoteles.
Aquí no hay torre Eiffel que nos resguarde
ni fuerza de voluntad que nos exonere:
ya no hay pretextos.
La maldad se inventa nombres y yo los creo.
La acepto como mi hermana, y nuestra hermandad
florece como si fuera el hijo del dictador más tirano.
La divinidad, en cambio, condena a mito la histeria
de los hombres, predetermina los moldes
y vierte en un siglo todas las verdades.
Al lado derecho del Padre no descansa el Hijo
sino todos nosotros:
volvemos después de la guerra a recargar los fusiles contra el pecho,
y más que descansar, ahuyentamos el alma
del cuerpo, Sometidos.
Pero no hay que alarmarse, la realidad es otra…