Preparatoria de Tonalá / 2012B
Tania Sarahí Fonseca Crispín
La cama es una nube en la que podemos descansar, olvidarnos del mundo, cerrar los ojos para entrar en un sueño profundo. Las almohadas complementan la cama, son un gran apoyo. La cama se embellece con edredones y cobijas. Juega un papel muy importante cuando estamos tristes, es una gran compañera que limpia mis lágrimas, pero, cuando estoy feliz, tiene que soportar los brincos que doy sobre ella.
Mónica Pérez de Alba
La cama, esa cama que algunos días está desordenada y algunos otros muy bien tendida y acomodada, esa que tiene el colchón suave y blando acompañado de mis almohadas de colores en las que puedo llegar a recostarme y pasar momentos dulces o amargos, llorando, riendo, amando, odiando. La cama es el lugar donde sueño, imagino, recuerdo… Su cabecera está decorada con calcomanías de colores que en mi infancia me hacían imaginar miles de aventuras. Mi cama, la que no compartiría con nadie…
Emilia Gabriela Cervantes Lechuga
Esta cama está compuesta por una cabecera con barrotes como adornos; su base y sus cuatro patas de madera están decoradas con calcomanías y recortes, incluso frases que suelo escribirle. Sobre ella hay un colchón acompañado por un juego de sábanas con lunares de colores, sábanas que siempre están desordenadas. En mi cama he compartido sueños y noches de desvelo, he reído y llorado en ella, me ha acompañado a lo largo de los años y me ha soportado cuando le hablo a su fiel compañera, la almohada, sin enojarse de que no sea ella a quien le cuente mis secretos.
Brian Alejandro Pulido Maldonado
12 pm, ha sido un largo día. La escuela, junto con mis compañeros, se ha bebido mis fuerzas. Las manecillas dieron toda una vuelta y el ciclo maniaco al fin termina y vengo a ti, dulce objeto inanimado, sobre ti he derramado lágrimas, lágrimas y versos, versos que desnudan mi fuerza, que sólo me atrevo a declamarte a ti. En frágil soledad, silencio, oscuridad, sólo veo el reflejo de lo que fue un buen día: ya se desvanece, vuelven los demonios que atormentan mi alma… ¿dónde estás?
Celina Goretti Martínez Hernández
Aquella cama en la que dormía cuando era pequeña, en la que me gustaba brincar, adonde me llevaban cuando me quedaba dormida en el sofá. Donde duermo, sueño, lloro y río; el lugar que no deseaba dejar cuando tenía que ir a la escuela, donde despierto cada mañana pensando que regresaré y el día será mejor. Aquella cama donde anhelo despertar con la persona que amo, el lugar que me hace soñar que el amor es real.
Elí Germán Araujo Mora
Mi camita me ha acompañado durante ocho años (sí, soy pobre), rechina y está desgastada, pero me hace muy feliz cuando estoy cansado. El colchón es casi nuevo, sólo tiene tres o cuatro años, aún puedo dormir a gusto. Cada vez que me siento mal, mi cama está ahí para ayudarme a superarlo. Siempre que despierto me siento feliz de no dormir en el suelo y estar calientito.