Poemas

Su Xiaoxiao

Madrid, 1989. Ha publicado La casa de la ciénaga (Ártese quien pueda, 2015).

CARTA DEL TÉ

temprano en la mañana con el frío
todavía en el aire y una taza de té
sencha recién hecho, su color verde
brillante me consuela de tu silencio:
¿por qué no dices nada?

el amado tiene a veces que eclipsarse
para que en mí se haga la noche,
entonces el corazón cruje hasta
desecarse y arrugarse por completo y
sólo cuando la desesperación
adquiere la sólida consistencia que
le aporta el abandono, se suelta y
comienza a ascender lentamente por
el aire

así es como el corazón flotante
alcanza su casa en las nubes, y yo
aquí abajo sonrío con el pecho
vacío
MUJER DE LA ARENA

¿vale la pena esta espera? le pregunta a la duna

como si su presencia fuera imperceptible, no está realmente ahí
al caminar parece que flotara, ¿es porque el suelo quema? ¿una gasa
hecha con el más invisible de los delicados fuegos? prendida a la frente
[y de ahí
su dificultad para retener los nombres, que a la vez habla de la dificultad
para mantener un vínculo, es muy probable, piensa
ajena desde hace largo al devenir del mundo y a los extraños giros
del amor, qué fue del antiguo deseo de tocar
las cosas, se encoge de hombros

qué testarudo silencio el de la duna, esta noche

la arena se expresa por medio de cantos, no melódicos, que sostienen un
mismo sonido durante un cierto tiempo, una plataforma vibratoria donde
respirar unos instantes, pero después la vegetación como un ritmo trae
silencios, chasquidos, quiebres de viento y los sonidos se desmenuzan
no queda al fin nada que se pueda entretejer
buscaba una tela para hacer una manta, fantaseaba con una botellita llena
de aire casi sólido de ese frío de las cumbres
las más hermosas, las inalcanzables
¿cómo sería una sola noche de frío? ¿soñar sin la flor de sal envolviéndola en
su corola líquida?
los párpados de la arena centellean quedamente con un color añil, qué ánimo
tan crepuscular, suspira

entonces la duna habló de nuevo:
busca en otro lado o mejor no busques, tiéndete aquí, la arena sigue tibia
HIJA DEL VIENTO

imposible saber si resistirá, es verdad que
lo olvidamos todo y que el viento
encuentra siempre nuevas grietas
por las que infiltrarse, nos despoja como si quisiera
borrarnos sopla sopla nos empuja
por desvíos imprevistos, por encima del sol

estoy esperando a que desaparezca
todo lo que amo estoy amando todo lo que huye


lejos de sí

va saltando de uno a otro por los días,
ha empezado el Tiempo del Vértigo, aquí
se aferró a un

{eslabón inaudible}

y los recorrió
uno tras otro, los cielos de la sed durante
mucho tiempo no vio a nadie
sólo escuchó
el viento pulsando las líneas de su huida

agua lenta subiendo en torno al corazón


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¿seré lo bastante fuerte?
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