De la memoria / Fernando Osuna Rojas

 para Mindo
en sus 60

Se dice por ahí que las nueces fortalecen la memoria, la ubican en su lugar, agrandan el espejo receptor y sumergen el recuerdo en aguas bajas.

Es bueno tener memoria, es malo creer que importa. La memoria adjudica triunfos y derrotas por doquier: hereda pisadas, estafetas, ropa sucia, quemaduras, sonrisas y un escalofrío impresionante. Es tan hábil que es problema y solución: ambigüedad circundante y cíclica: parámetro que se cumple: orden ejercido. La memoria es útil para olvidar, crear y desbaratar. Abunda en las palabras, en los deseos, en los estruendos.

(Veo tablones lanzados al vacío, a una fiesta continua, a un baile popular. Tomo el timón de mis recuerdos y no encuentro, nunca encuentro).

Evoco la memoria como mentira, como apéndice de paisajes, como espejismo y soledad. Regreso a la memoria como camino, como filtro, como señal.

 

 

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